La Fundación Cultural Girón ofrece sus buenos oficios para apoyar iniciativas que busquen beneficiar la fiesta taurina
por: Nelson C. Hernández Ramírez
Presidente fundador de Fundación Cultural Girón
Durante el año que cierra tuve oportunidad de referirme a la situación de la fiesta brava venezolana, procurando llamar la atención de todos los sectores en la búsqueda de una concertación para enfrentar males que se estaban incubando y problemas que podían afectarnos. Desafortunadamente, no hubo espacio ni voluntad para sentarnos en una mesa de diálogo y acuerdos, lo cual no niega que numerosas personas se mostraron de acuerdo con los planteamientos y manifestaran el deseo de tratar los temas con seriedad y responsabilidad.
Nos afecta, de modo general, la crisis social de la nación, con aspectos tan críticos como la inflación, el desabastecimiento de insumos, la inseguridad, el deterioro de los servicios de transporte, y el hecho de que la prioridad de hoy es la alimentación y no la recreación, campo donde se incluye a la tauromaquia.
Si todo el país está pendiente de sostener su consumo energético y calórico, mal podemos pretender que medio millón de personas tengan en la tauromaquia su prioridad, lo cual no niega que el ambiente taurino se ha venido a menos por la ausencia de auténticos líderes, de arrastre, entre los propios toreros, y que, además, no seamos una referencia comunicacional como en el pasado.
Precisamente, sin tener a la mano soluciones a los elevados costos operacionales del espectáculo taurino, ha sido de nuestro interés que podamos discutir opciones concretas entre toreros, ganaderos, empresarios, personal auxiliar, etc. Para mantener el quehacer taurino dentro de parámetros aceptables, a la espera de un mejor momento y perspectivas más halagadoras.
Los ensayos no han faltado, aun cuando no hemos tenido concertación. En Maracaibo se entendieron toreros, ganaderos y empresario para sacar adelante una corrida de toros que resultó de las mejores de la historia local, artísticamente hablando, sin que la taquilla ofreciera aliciente a los nobles inversores, poseídos de legítima y buena voluntad.
En Maracay se dieron dos festejos con un alto sentido de la innovación y atractivos carteles, cuyo resultado fue alta repercusión y baja taquilla. Un esfuerzo que mereció mejores resultados para la interesante apuesta que hizo el empresario – torero Erick Cortez, siempre atento a idear atractivos y, por supuesto, generar merecidos dividendos.
Si Maracaibo y Maracay no resultaron un éxito, no podemos olvidar que para comenzar el año vivimos lo insólito en San Cristóbal, mientras que en Tovar ahora dudan sobre la posibilidad de que haya feria taurina en septiembre de 2018. De tal modo, que solo nos queda Mérida con una plaza cuyo ferial está bien posicionado en la opinión pública nacional, gracias a una trayectoria de medio siglo que se combina con los encantos de la ciudad y la presencia de medios de comunicación altamente cooperadores, durante todo el año.
Con el bajísimo balance de 2017, nos adentramos en 2018 para observar inauditos esfuerzos en procura de mantener la Feria Internacional de San Sebastián, donde los festejos pasan de ocho en históricos momentos a tres para esta edición, con una combinación de factores organizativos que incluyen al experimentado Licenciado Hugo Domingo Molina, Presidente de la Compañía Anónima C.A. Plaza de Toros de San Cristóbal y hombre de especial prestigio, y al torero en retiro Jesús Ruiz (Colombo).
Los carteles muestran lo más innovativo que se pueda imaginar cualquier aficionado. Vienen los dos novilleros tachirenses que han alcanzado la cima en España, al ganar el primer lugar en las temporadas recientes de 2016 y 2017. Son Manolo Vanegas y Jesús Enrique Colombo.
Los aficionados nos hemos mostrado de acuerdo con las combinaciones, sabiendo que los retos del nuevo año son grandes porque la crisis interna y externa es de gran dimensión. Los resultados de la feria tachirense nos darán una dimensión de cuán fuerte es el evento, cuánto vale su afición y con qué respaldo se puede buscar el relanzamiento en los siguientes años.
Ese es el gran reto al comenzar el nuevo año 2018. Sigue luego Mérida, donde ya se habla de feria y las nuevas autoridades (Gobernador y Alcalde capitalino) tienen interés en fomentar el turismo ferial. Un éxito en las cinco tardes taurinas hará brillar más el sol serrano. Sigue en orden cronológico la ciudad de Maracay, cuya plaza luce abandonada. La sucedánea rueda portátil no deja de ser opción, a pesar de la experiencia reciente. Y cerramos con Tovar por su vieja trayectoria. Una festividad más patronal que cualquiera de las otras y donde, con público local si la crisis no ahoga, puede permitir que se cubran los costos.
Otros retos son la permanencia de las ganaderías, aun cuando no son negocio lucrativo, el triunfo de los toreros nacionales, la obtención de mayores espacios en los medios de comunicación social, el incremento de las asociaciones taurinas y la concertación para incidir en aspectos concretos del quehacer taurino.
De nuestra parte, la Fundación Cultural Girón ofrece sus buenos oficios para apoyar iniciativas que busquen beneficiar la fiesta taurina y que nos permitan pensar en su renacimiento en todas las entidades federales venezolanas. Por ello, extendemos nuestra cordial invitación para vernos en la feria de San Sebastián 2018, grata oportunidad para el reencuentro de aficionados de todas las épocas.
Caracas, 23 de diciembre de 2017
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