Los festivales han servido de paliativo para la temporada 2017 Foto: Festival de cierre del 50 aniversario de la plaza de Toros de Mérida
Por: Víctor Ramírez “Vitico”
Hacer el balance de la temporada taurina venezolana 2017 es un ejercicio preocupante, por la drástica reducción de corridas de toros y novilladas, y a su vez fácil, porque con tan pocos festejos, no hay mucho que revisar. Triste realidad la vivida por Venezuela en el tema taurino, siendo la nación taurina en peor situación.
Sin lugar a dudas esta pobre campaña (en números) está motivada por la tremenda crisis que sacude al país, además no se puede dejar en el tintero los meses de convulsión que mermaron la celebración de corridas. Por otra parte, los elevadísimos costos que implican la organización de un festejo han dado al traste con la intención de muchos empresarios de provincia que lógicamente, ante esta tesitura han optado por no programar ningún espectáculo taurino. La puntilla para tan nefasto año la dio el alcalde de Maracaibo, con su decreto de prohibición de las corridas de toros en la capital del Zulia, en un acto, que viene a confirmar que la tauromaquia está en serio peligro.
En la otra cara de la moneda, los aficionados viven de la ilusión que dos nuevos matadores de toros le han dado, los tachirenses Manolo Vanegas y Jesús Enrique Colombo suponen una autentica bocanada de aire fresco para la tauromaquia nacional. Curiosamente ambos llegan en el peor momento, pero sin duda pueden ser los auténticos revulsivos para el renacer de la fiesta de los toros. Estos dos jóvenes toreros, distintos y a la vez complementarios tienen a la afición expectante, incluso dividida entre partidarios de uno y otro, lo cual es sin duda una gran noticia.
Los números de la temporada nos dicen que sólo se celebraron 12 corridas de toros en 4 ciudades del país y 4 novilladas, estas en sólo 3 ciudades. San Cristóbal, Mérida, Tovar y Valle de la Pascua fueron los sitios donde se dieron corridas de toros y novilladas. Un dato significativo es que a lo largo del año fueron en aumento los festivales, la mayoría de ellos con la participación de aficionados prácticos, otros con matadores de toros, como por ejemplo los que sirvieron para celebrar los 25 años de alternativa de Erick Cortez y los 50 años de la Monumental “Román Eduardo Sandia” de Mérida.
Los festivales han servido de paliativo para la temporada, muchos aficionados sobre todo del centro del país han podido acudir a estos festejos y así mantienen viva la llama de la afición. En Maracay es de destacar la labor de Erick Cortez en su faceta de organizador de varios eventos que congregaron a muchos seguidores de esta hermosa fiesta en su plaza, al estar cerrada de momento la plaza de toros de la ciudad jardín. En la zona de los andes las grandes ferias son de momento el único salvavidas al que se aferra una afición que se agarra al clavo ardiendo de la ilusión.
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