por: Jorge Cepeda
Se realizó este sábado 9/9, la primera corrida del abono taurino 2017 de la feria de Nuestra señora de Regla de Tovar, donde se lidió un encierro desigual de la ganadería de “Tarapío”, corrida dispareja de presentación que no lidió un encierro completo: cinco de la ganadería valenciana y uno de Campolargo que fue sobrero en la noche. Dos toros salieron multados por bajo peso.
Actuaron los venezolanos: Eduardo Valenzuela y Ángel Ramos, quienes no tuvieron mucho material noble que le dejaran estar bien en su presentación; y el mexicano Antonio Lomelín que ligó una buena faena con el quinto y le dieron dos orejas. Hubo cerca de la media entrada en los tendidos y la corrida se retrasó por actos protocolares por los 25 años de la plaza de toros tovareña.
Eduardo Valenzuela
El venezolano estuvo en ambos toros tratando de justificarse, dejó pares de banderillas pero sus dos toros fueron sosos, sin recorrido y desparramando la vista.
Poco le dejó estar a gusto el segundo de su lote, pero estuvo fuera de pitón y oyó un aviso al no estar certero con la espada.
Ángel Ramos
Con el primero le lanceó bien a la verónica, y remató con media a la cintura. Lo llevó muy toreramente al caballo, pero acusó el puyazo y se comenzó a quedar corto, sin recorrido, por lo que abrevió.
Con el sexto, el de Campolargo era pequeño y le fue haciendo un buen trasteo hasta lograr que le dieran la música por su entrega y ganas de agradar. No estuvo certero con la espada y su labor se silenció.
Antonio Lomelín
El debutante mexicano le vimos buenas maneras; con su primero estuvo bien con tres verónicas y media, pero trató de justificarse ante un toro soso de escaso recorrido y que no le dejó estar a gusto, por lo que abrevió.
Con el quinto, un toro pequeño que le fue sometiendo y llevándolo con una faena de corte de buen lidiador lo ligó tandas que gustaron y le dieron la música; hubo mucha entrega de parte del torero azteca, el público no le dejaba que tomara la espada, por lo que le tocaron un aviso; entró a matar dejando media desprendida, pero que la presidencia consideró su faena y le otorgaron dos orejas.
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