Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


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26/9/17

En Agosto: La Maestranza “César Girón” fue víctima del hampa

Esta es la estatua de Manolete, en la parte norte de la Maestranza donde estuvo por años. Ya no existe. Foto archivo: Luis Torres- El Siglo

** La nota fue publicada el 09 de Agosto de 2017; posteriormente se han tomado acciones para el rescate del lugar por parte del Alcalde.

tomado de: Diario El Siglo - por: LEOPOLDO REVERÓN R. - Fotos: LUIS TORRES

Lo que faltaba, ante la ola de hurtos que se han producido en la Maestranza en estos últimos años por parte de los indigentes delincuentes, que han hecho del bello coso de Calicanto su centro de operaciones. La información nos las hace llegar Pancho Mauri, indignado al extremo, “no les bastó con haber destrozado “La Girondina” para vender su bronce en recuperadoras de metales, sino que ahora, luego de llevarse también placas del patio de cuadrillas de la plaza de toros, se robaron la estatua de Manolete, que estaba en la parte norte de la Maestranza, donde se reúnen estos desadaptados. Tomando en cuenta el peso de la estatua, se necesitaban por lo menos la ayuda de tres o cuatro hombres para cargar la pesada estatua, para meterla en un camión o camioneta.

La historia de esta estatua se remonta a cuarenta años atrás cuando llegó a Venezuela donada por la afición española a la de Maracay por ser la Maestranza “César Girón” la última plaza de toros de América donde toreó Manolete, vestido de luces ante la tragedia de Linares. Como hasta ahora, las autoridades respectivas de la conservación de los monumentos nacionales no le han dado importancia a la serie de hurtos que se han producido en la Maestranza, los miembros de la “Fundación Dolientes de la Maestranza” se van a entrevistar con el director del Cicpc de Maracay para poner la denuncia, ya que ni Ferimar ni la Alcaldía de Girardot al parecer lo han hecho, o al menos no han informado nada al respecto a los aficionados.



DA DOLOR COMO MARACAYERO VER EL TERRENO BALDÍO EN QUE HAN CONVERTIDO LA MAESTRANZA

Es admisible que tanto al alcalde como al presidente de la empresa Ferimar no les guste la fiesta brava, pero primero que cualquier inclinación está la responsabilidad que se tiene con los habitantes de la otrora Ciudad Jardín. El botadero de desechos de San Vicente está más limpio que el primer chiquero de Maracay, la Maestranza.

La parte norte (Sombra y Barrera “B”) del coso, es el sitio de francachelas de indigentes que montan todas las noches fiestas. En la puerta de sombra “B” están los cables hurtados de donde sacaron el cobre; rodeados montones de basura. Las puertas de la plaza están abiertas ya que se llevaron los candados los cuales fueron violentados. Ya hasta sancochos hacen frente a lo que queda de la escultura de Narváez, que originalmente fue una fuente. Por cierto, se lee en ella el nombre de Pancho Díaz, personaje de la bohemia maracayera de la década del 50. La Maestranza, no tiene conserje sino dos huéspedes que la tienen únicamente como residencia.

El robo del cobre de las instalaciones eléctricas ha ido dejando la plaza sin iluminación, y que conste, que tiene más de cuatro años esta actividad delictiva. Ya los sanitarios y lavamanos de Sombra “B” fueron despegados. ¿Que le van a decir los responsables del cuido y administración de la plaza a los aficionados ante semejante deterioro, que al paso y la libertad con que actúa la delincuencia, en cualquier momento construyen ranchos en la arena del coso.

El presidente de Ferimar, que tiene nexos taurinos y en la Cámara Municipal hay un concejal que es hijo de torero y hermano de torero, y que no hayan hecho nada en defensa de una obra que es Monumento Nacional, orgullo de los maracayeros, ante semejante abuso contra una plaza de toros que es emblema de la ciudad nacional e internacional, y que ha sido considerada como la obra cumbre del arquitecto Carlos Raúl Villanueva. Esa es el Maracay que tenemos, hundido en el abandono por quienes debieran tenerlo como una tacita de plata, con categoría de ciudad importante. Esperamos que la suerte nos acompañe en el futuro.

LEOPOLDO REVERÓN R. | elsiglo
foto | LUÍS TORRES

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