por: Víctor Ramírez “Vitico”
Marcos Peña “El Pino” forma parte de ese pequeño y selecto grupo de toreros por los que los buenos aficionados siempre apuestan cuando se habla del toreo de clase, temple y gusto. Tras una época de torear poco, lio sus bártulos y cruzó en taurino charco para irse una temporada a España, para poner en orden la mente y el corazón. Muchas jornadas de campo, toreando de salón y ensayando sus formas ante los animales, forjaron la ya de por si excelente tauromaquia del joven diestro tachirense.
Tres tardes lleva el matador de toros de San Cristóbal este año, triunfando en cada una, dos orejas en Tariba, y una en Valencia y Barinas. Pero más allá de los trofeos, que son muy importantes, es el poso y la torería que desprende El Pino lo que ilusiona a los buenos aficionados que ven en este esteta del toreo a uno de los toreros venezolanos que saben torear.
Es importante apoyar a este tipo de diestros, maduros y con años de alternativa, pero que aún tienen mucho que decir en el mundo del toro. Con El Pino, la clase vuelve a triunfar.
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