tomado de: caracol.com.co - Tendido 7 - por: Guillermo Rodríguez | 5 de Febrero de 2015
El Doctor Gustavo Petro es un mago en el arte de la distracción, de la argucia, de montar sobre una mentira un edificio de verdades a medias que se desmorona como un merengue mientras la ciudad que honró mejorar se deteriora sin paliativos. Le cuesta al alcalde encajar las derrotas cívicas y jurídicas en un sistema democrático donde todos nos acogemos a lo que nos fijan la Ley y los tribunales más allá de que nos gusten o no.
Un día optó en unión de sus conmilitones por conquistar el poder por la vía armada, se refugió en la clandestinidad y las utopias de una sociedad de iguales las buscó por esas vías tortuosas que implicaba "puedo morir en el intento". Pasó el tiempo y la tosudez de la realidad llevaron a su movimiento a negociar la paz, la entrega de las armas y la reincorporación a la sociedad que los acogió, les facilitó el camino de las urnas y del mundo de las armas en posesión ilegal pasaron a ser senadores, representantes, alcaldes, gobernadores, gerentes, directores de institutos.
Él dice en un " trino" que por un voto continúa la barbarie......Barbarie, la criminalidad en la capital, barbarie, esos hombres y mujeres descaecidos de la fortuna de un mendrugo de pan que llevarse a la boca y deambulan por la ciudad. Barbarie, la rampante insegruidad. Nosotros no vamos a los toros para gozar con la muerte. La asumimos como parte de la vida.Es verdad que la fiesta es cruda pero no cruel.
Las decisiones , él lo sabe pero se guarda de expresarlo, que en ese tipo de actos jurídicos como el que tomó la sala plena de la Cortre Constitucional hay voces y sensibillidades distintas, las controvierten con argumentos, a veces con pasión , eso sí con educación y elegancia entre hombres y mujeres ilustrados pero una vez concluye el conteo de los votos, los magistrados acogen con espíritu democratico la determinación a que lugar.
El señor Petro se jugó el tipo en las urnas, ganó, se sentó en el despacho del edificio Liévano ( otra cosa es el rumbo de una Bogotá con indicadores económicos y sociales muy discutibles por la gestión de la cuestionda administración ).Ahora, a cumplir los fallos.
Pero vamos al tema. Señor alcalde : No hay espacio para los malabarismos, no debería usted inducir al error. La plaza De Santamaría se reabre.Y cuidado con tocar nuestro recinto para supuestos reforzamientos de estructuras. El ruedo no necesita arreglos de anda pues a lo largo de la historia no ha presentado problemas.
Permitame, con su venia, señor, alcalde de Bogotá, citarle este ejemplificante fragmento del manifiesto por la libertad del escritor Antonio Caballero:
Cito:
"""""...No se trata únicamente de reclamar el derecho a asistir como espectadores a las corridas de toros. Se trata también de defender el derecho a elegir el propio oficio. En este caso, la profesión de torero, como lo desean estos jóvenes novilleros que llevan meses acampando frente a las puertas cerradas de la plaza de toros, como refugiados de una guerra.
O como lo hicieron estas figuras del toreo venidas de España, México y Francia, y por supuesto también de Colombia, para acompañarlos en persona en una manifestación de solidaridad con ellos y de coherencia con sus propias vidas. Estamos aquí, en suma, para exigir la libertad. La libertad de expresión. La libertad de elección. La libertad del placer. Contenidas todas en el eterno sueño libertario que es la prohibición de prohibir......"
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