Todos los toreros venezolanos, sin excepción, pusieron en alto el nombre de Venezuela; se llevó el máximo trofeo nuestro torero tovareño Rafael Orellana. Foto: Germán D`Jesús
Columna: Por la calle real
tomado de: comunicacioncontinua.com - por: Fortunato González Cruz…
Sobre el ferial de este año habían nubes que amenazaban tormenta: El revuelto clima político y la situación económica, la disponibilidad de divisas para pagar toreros extranjeros, las diferencias políticas y el precario estado de los bolsillos de los aficionados. Sobre los gobiernos regional y local había presiones de sectores radicales contra las ferias, y hay desencuentros entre las autoridades. Habían temores.
Poco a poco las nubes se fueron disipando gracias al trabajo de personas y sectores más dispuestos al diálogo y a la sensatez y las ferias se realizaron exitosamente. Hubo coordinación entre autoridades nacionales, estadales y municipales que garantizó la realización de los festejos y la impecable seguridad de la gente. Muchachas hermosas compitieron por el reinado, expositores agrícolas y pecuarios organizaron un vistoso evento en el que se premiaron a los mejores productores de nuestro campo, los artesanos vendieron su atractiva producción; los hoteles y posadas se llenaron de turistas y en los restaurantes se agotaron las existencias. Las peñas y asociaciones taurinas realizaron coloquios y otorgaron reconocimientos, y volvió a Mérida el Círculo Amigos de la Dinastía Bienvenida. Los merideños tuvieron oportunidad de divertirse, los visitantes gozaron de nuestras fiestas y le inyectaron recursos a la precaria economía merideña.
La fiesta brava arrojó excelentes resultados: seis corridas de toros, una novillada y un festival. Se lidiaron 39 toros de ganaderías nacionales que demostraron el buen estado en que se encuentra nuestra cabaña de casta. Se indultaron 4 toros por su bravura y trapío. Los novilleros de la escuela probaron su arte ante hermosos novillos de Bella Vista, ganadería de Canaguá como Cruz de Hierro, uno de cuyos toros de nombre “Viudo Alegre” mereció que se le perdonara la vida por su casta, bravura y trapío, que con sendos toros de Campolargo, Los Ramírez y Rancho Grande, también indultados, pastarán en sus dehesas y reproducirán su clase para futuros éxitos en nuestras plazas.
Los toreros venezolanos tuvieron una actuación sobresaliente por contraste con figuras como Javier Conde y Morante de la Puebla. Todos sin excepción pusieron en alto el nombre de Venezuela y se llevó el máximo trofeo nuestro torero tovareño Rafael Orellana. Vimos emotivas faenas de los mexicanos Arturo Saldívar y Juan Pablo Sánchez, como del español Javier Castaño. Todas las tardes emotivas, apasionantes, recreadas con los conciertos de la inigualable Banda Taurina de la Mesa de Los Indios. Destaco la impecable afición merideña que acudió a la plaza a divertirse, soportó el diluvio de la tarde del viernes porque había clase en toro y torero, y observó las corridas con atención y conducta ejemplar. La Comisión Taurina dirigió los festejos con prudencia y soportó las críticas con serenidad.
Un ferial digno de la tradición taurina de Mérida y de su especial disposición para atender a los visitantes, que demuestra los buenos resultados de la coordinación y que probó la capacidad organizativa de la nueva empresa Ramguertauro. En horabuena al pueblo de Mérida, a la afición taurina y a todos los que contribuyeron a que La Feria del Sol Mérida siga siendo el mejor ferial de Venezuela.
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