CUMBRE BAJO LA LLUVIA ANTE NOBLE ENCIERRO DE CAMPOLARGO

Alexander Guillén dejó ver sus buenas maneras con el peral ante el tercero de la función. Foto Eduardo Lázaro



Torrencial aguacero desatado al momento de comenzar el festejo


Rubén Darío Villafraz
Fotos: Eduardo Lazaro

Justo al momento de hacer el paseíllo los toreros, comenzarían a caer las primeras gotas de lluvia, las mismas que luego se convertirían en torrencial diluvio por las cuales transcurrió el festejo. No obstante y ello, los toreros anunciados “echaron pa’lante” un compromiso que ya en anterior ocasión había sido pospuesto. Hubo por allí quienes en sorna dejaron en claro quién era el “salao” o la empresa debutante o los auspiciantes del mismo, quienes no dan “pie con bola” en sus intenciones de querer agradar lo que no les sale ni con morisqueta incluida.

Serio encierro el que se trajo el polémico ganadero Juan Campolargo, y digo esto, pues conocido es el cartel que tiene esta divisa, puntera en la provincia venezolana, por presentar el novillo adelantado, que a final de cuenta se ha hecho “santo y seña” de nuestras plazas fuera del circuito de primer orden. Descarados de pitones, musculados y dejando ver durante su lidia la edad del toro en su plenitud, a Campolargo hay que reconocerle el haber pisado de nuevo esta plaza con pupilos con “toda la barba”, que a final de cuenta es lo único que se le puede exigir como criador de toros bravos que es.

Otro fue el desempeño en los engaños. Corrida generosa de trato y comportamiento ante las difíciles condiciones que tuvo que sortear la terna de espadas a pie. Tal vez, con un ruedo dispuesto al toreo en su plenitud, y no el barrizal en el que se convirtió (y eso que el drenaje de este funcionó en parte) estos mismos bureles hubiesen ofrecido mucho mayor juego del que sacaron en parte los diestros, a quienes corresponde el merito de haberse entregado a plenitud ante tan adversas circunstancias.

“El Torero de Seboruco”: César Vanegas hizo lo que bien sabe hacer, conectar rápido con el tendido a base de un toreo variado, alegre, bullidor, con detalles de torero veterano que lo es. Así lo dejó evidente ante el cuarto, el de mejor juego del encierro, el cual aprovechó a primeras por el lado derecho, para luego recrearse, con clase y entrega (barriguita protuberante incluida) por el lado izquierdo, series cortas por éste, donde dejó los momentos más meritorios de su actuación precedida por un saludo de capote florido, incluyendo remate por “chilolina”, que a su vez aderezó con tercio de banderillas con tintes de mero trámite. El certero espadazo, ligeramente desprendido le valió el corte de una oreja al igual como lo hizo ante el serio castaño que abrió plaza, ante un torrencial aguacero, el cual tuvo como elemento principal la voluntad del espada por el triunfo, aún cuando para ello privó el toreo a la galería en exceso, justificado dada las condiciones de plaza. El certero volapié, ligeramente trasero y desprendido dio salvoconducto para la concesión de un generoso trofeo.

VERGÜENZA Y PUNDONOR ANTE UN “REGALITO”

Poco se le puede objetar la enorme decisión con la que salió al ruedo el espigado diestro tovareño Rafael Orellana. En su primero del lote, poco le duró, el cual a su nobleza se le unió la escasa transmisión a los desolados tendidos, ante el aguacero que acompañó tal faena. Tanto por la zurda, como por la diestra lo intentó, pero el constante punteó de engaños así como lo pesado de las telas hicieron que su trasteo perdiera intensidad. Lo despenó con celeridad, no sin antes asomarse leve petición de oreja.
Lo meritorio vino en el quinto, serio ejemplar el cual recibió en largo saludo por verónicas, para luego medirle castigo en varas. En la muleta, ofreció todas las ventajas Orellana, iniciando por la diestra toreo en redondo, en series cortas, siempre llevando a media altura la rebrincada embestida del animal. Otro cantar era el pitón izquierdo, donde al tercer muletazo recibiría certero puntazo a nivel del escroto. No seria solo este momento el de mayor riesgo para el espada, pues mediada la faena, cuando retomaría por este lado, recibiría nueva paliza, cuando el toro mayor sentido había desarrollado. Un pinchazo, antes de dejar poco más de tres cuartos, suficientes para cortar una merecida oreja, ante la petición unánime de los presentes.

Alexander Guillén dejó ver sus buenas maneras con el peral ante el tercero de la función. En la muleta Guillén desplazaría el toro por ambos pitones con suavidad y temple, elementos fundamentales en su trasteo. Logró exprimir muletazos de buena factura que unido a la entregada embestida del astado colocaron el marco propició para que tras señalar un pinchazo en lo alto, dejar un espadazo en efectivo, ligeramente desprendido para cortar una oreja. Poco pudo hacer en el sexto, animal que se vino a menos, donde el torero no del todo estuvo a gusto.

Cerró tarde el rejoneador Rafa Rodríguez, quien tuvo ante si un bravo ejemplar, el cual en el segundo rejón de castigo propinó certera cornada al cuatralbo «Músico». Con «As de Oro» completó terció con dificultades ante lo poco favorable del piso para los caballos, rematando actuación clavando banderillas con gran espectacularidad y adorno, ante la incredulidad de los presentes. Se dilató con el rejón de muerte, para luego salir el novillero sobresaliente sin mucha fortuna, para finalmente despachar con el verduguillo el director de lidia, escuchando al final tibias palmas.


INCIDENCIAS: Ruedo en malas condiciones a lo largo de todo el festejo, el cual condicionó la lidia de los astados, así como el desempeño de los diestros actuantes. *** Buen par de banderillas de Fabián Ramírez en el 5º. *** Grave percance del caballo «Músico» de la cuadra de Rafa Rodríguez en el anca derecha, cuando se disponía a colocar el segundo rejón de castigo. *** Actuó como sobresaliente el novillero tovareño Tomas Terán, quien intervino en quites en el séptimo de la función.