Jesús Enrique Colombo en el paseo triunfal con las orejas. Foto: Luis López Aramacuto
*** Fotos: Luis López Aramacuto
Mejoró notablemente la entrada en la segunda corrida de la LX Feria de San Sebastián, poco más de medio aforo en un día que amaneció entoldado y que mejoró casi al inicio de la corrida.
El encierro de Campolargo variado en todo, presentación, pelaje y comportamiento, con dos astados destacados en bravura y nobleza en la concurrida tarde donde se cortaron en total ocho orejas para dos salidas a hombros.
Sebastián Castella quien sustituía a Alejandro Talavante, se llevó los menos potables del encierro derrochando voluntad con la muleta en el primero para recibir una oreja y con férrea decisión con el cuarto con el cual oyó música pero fallando con el acero al punto de oír dos avisos pero también aplausos de reconocimiento tras los cornetazos.
Emilio de Justo se alzó con el triunfo rotundo de cuatro orejas con astados de la divisa que está acostumbrado a triunfar en San Cristóbal. Con ambos fué todo entrega y decisión con faenas musicalizadas y amplio repertorio muleteril haciendo efectivo uso de la espada al primer intento para recibir dos orejas de sus astados y ganar así la puerta grande.
Jesús Enrique Colombo se llevó lo mejor en el sorteo e impactó con dos faenas a su estilo con variedad de toreo de capa, efectividad y lucimiento en banderillas y labor muleteril de total conexión con el público, destacando su labor con el tercero "Campero", en prolongadas tandas sin quitarle la muleta de la cara al ejemplar yaracuyano en faena que inició por derechazos de rodillas en los medios para despachar de estocada y recibir dos orejas de petición general.
Igual entrega hubo con el que cerró plaza, que recargó en varas, mucha insistencia, hasta que rompió a embestir y Colombo supo llevarlo en labor sobre ambas manos hasta despachar al segundo viaje para recibir una oreja y acompañar en la salida a hombros a Emilio de Justo entre el contento general.
Emilio de Justo totalizó cuatro orejas
Sebastián Castella con la única oreja que fué a sus manos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario