Hoy día disfruta de la madurez y experiencia de casi cuatro décadas dedicado en cuerpo y alma al toreo. Foto: Juan Carlos Carrero
El 19 de septiembre de 1992 Erick Cortez vestido de blanco y oro trenzaba el paseíllo en la plaza de toros de Nimes para recibir la alternativa de manos de Paco Ojeda y con el testimonio de César Rincón quienes le cedieron al toro “Amargado” número 93, negro con 530 kilos de Jandilla. Cartel de auténtico lujo que demostraba la categoría con la que llegaba el diestro venezolano al grado de Matador de Toros tras varias temporadas importantes como novillero. Nimes en la década de los noventa se convirtió gracias a la visión de Simón Casas en el escenario donde las figuras de los novilleros daban el salto de escalafón. Allí tomaron la alternativa toreros como Manuel Caballero, Jesulín de Ubrique o Chamaco por citar solo a tres de los diestros con mayor repercusión.
Y en ese selecto grupo estuvo Erick, que llegaba con varias temporadas llenas de éxitos en plazas españolas y francesas, amén de un rodaje importante en Venezuela antes de emprender viaje a Europa en busca de su sueño.
Cortez, avalado por sus triunfos franceses se presentó en las principales plazas del orbe taurino, Madrid y Sevilla incluidas y fue compañero en una novillada de un joven aspirante que se presentaba en público, José Tomas, valga este dato como recuerdo.
Erick Cortez, blanco y oro, 19 de septiembre de 1992 en Nimes recibió la alternativa de manos de Paco Ojeda y César Rincón, de testigo
Su presentación en Venezuela, con seis toros, en la Maestranza “César Girón” de Maracay era una muestra de la gran expectación generada por un torero; al año siguiente triunfó en Vinaroz cortando tres orejas a toros del Marqués de Domecq alternando con César Rincón y Enrique Ponce.
Erick es de lo pocos toreros que en los últimos tiempos compartió cartel con el mítico Manuel Benítez “El Cordobés” en varios festivales. También alternó en Francia con el gran Dámaso González. Asimismo forma parte del selecto club de toreros que han toreado más de cien corridas de toros en Venezuela, con triunfos en todas las grandes ferias y recorriendo también la provincia además de tener en su historial el haber estoqueado el toro más pesado lidiado en la plaza de Mérida, el famoso “Eco del Viento” de La Cruz de Hierro.
Hoy día disfruta de la madurez y experiencia de casi cuatro décadas dedicado en cuerpo y alma al toreo, respetado por donde va, reconocido en todo el orbe taurino, destaca por su contundente defensa de la tauromaquia, así como por su amplia visión de la fiesta como empresario y ganadero.
Tiene mucho que decir todavía en el toreo Erick Cortez que puede ver con orgullo y satisfacción su paso por el mundo de los toros, logrando concretar muchos de los sueños de aquel joven que llegaba con ilusión y ambición a aquel primer tentadero donde se dio cuenta de la grandeza y seriedad de un estilo de vida único en el mundo.
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