En la mañana del cuatro de enero de 1974 acudí a una cita fijada por el Presbítero Licenciado Juan Eduardo Ramírez Roa, en su despacho de la casa cural, contigua al templo parroquial de Nuestra Señora de Regla. Convertido en el gran líder de la comunidad tovareña, por encima de partidos políticos, gremios, sindicatos, asociaciones, colegios, etc., un llamado suyo era de obligatorio cumplimiento.
El Padre Ramírez, como mejor se le conocía, era un hombre de sencillo hablar y preciso vocabulario, orador de alto nivel y locutor de buen uso del idioma y clara exposición de las ideas. En privado hacía chistes de situaciones vividas. Graciosas, por supuesto.
Mi amistad con él derivaba del hecho de ser persona de la radio arquidiocesana (fundada por mi pariente arzobispo Acacio Chacón Guerra), feligrés reglano y joven involucrado en la dirigencia política, deportiva y cultural. Cercanía, adhesión y respeto. Compartíamos los principios de la doctrina social católica.
La cita sirvió para que me explicara su deseo de celebrar una gran fiesta de los tovareños, de toda Venezuela, en el marco de la feria septembrina, con un amplio programa de eventos, en las más variadas especialidades. Proyecto primer reencuentro. Una fiesta ampliada para fortalecer el tovareñismo y abrir amplio espacio para una fraternidad derivada del origen común y del compromiso existencial cristiano.
Tras una hora de conversación salimos hacia los estudios de radio Occidente para dar a conocer los detalles de lo que pasaba a ser más que idea, un compromiso de conformar numerosos equipos de trabajo para llevarlo a la realidad.
En el camino, unos veinte metros, nos encontramos con el periodista Leopoldo Ramírez Márquez (Leo Ramar). Al informarle del diálogo, tomó notas y con la cámara captó el instante genésico del reencuentro. El sacerdote me dijo: usted se encarga de informar a todos los periodistas y locutores, comenzando por Leo.
Los dos noticieros diarios de la estación católica, donde me desempeñaba como jefe de prensa, informaron todos los días sobre el venidero evento. Se daba cuenta de las reuniones, de las opiniones que iban surgiendo y de la creación de comisiones promotoras en varios estados de la federación venezolana.
El Padre Ramírez realizaba de lunes a viernes un programa de media hora denominado Dialogando con mi pueblo. Espacio de opinión de mayor (y absoluta) sintonía. Centro de irradiación del entusiasmo festivo tovareñista.
El jueves cinco de septiembre del mismo año se realizó el mayor evento no político que conocía la ciudad. Previamente, el gobierno municipal decretó como fechas de júbilo desde ese día hasta el domingo ocho, agregando cabildo abierto de bienvenida y condecoración a ilustres ciudadanos.
No hubo certamen ferial de belleza, se proclamó a Nuestra Señora de Regla como la Reina de todos los tovareños. La señorita Ana María Contreras Guerrero (El Corozo) fue seleccionada como madrina del reencuentro, mientras que Magda Lugo (El Añil), Sarita Otero (El Llano) y Noelia Molina (Sabaneta) fueron declaradas como su cortejo de honor.
A las tres de la tarde se realizó desfile de tovareños visitantes desde el viejo estadio de Sabaneta hasta la plaza Bolívar, donde el gobernador Rigoberto Henríquez Vera, el diputado estadal Ramón Altuve Salas y el presidente del Concejo Municipal Gerardo Febres Nucete dieron la bienvenida. Ofrenda floral. Enseguida, en la sala edilicia de sesiones, se realizó el acto de firma del documento de entrega de las instalaciones del mercado municipal a la Universidad de Los Andes para la sede de la extensión Valle del Mocotíes. El Gobernador Henríquez Vera anunció la remodelación de la instalación y la construcción de un nuevo mercado.
La programación incluyó fiesta popular, deportes, actos culturales, novena de la patrona y su recorrido por las aldeas, festejos en los barrios, tres novilladas con animales de casta y otras actividades.
Los barrios tovareños fueron engalanados con murales y adornos alusivos a naciones hermanas. Sabaneta (México), El Corozo (España), El Añil (Colombia) y El Llano (Venezuela). Grupos de baile y música, con carrozas y atuendos de cada nación, desfilaron por las calles céntricas. Todo resultó una expresión cultural de altísima calidad, fruto del talento de jóvenes de la ciudad instruidos por el experto colombiano Bonifacio Jaime Peña, profesor del Colegio La Presentación.
Hubo bailes de gala en el Centro de Amigos y en el Club Mocotíes, con orquestas nacionales, mientras que en la incipiente Extensión Cultural de la Universidad de Los Andes (a diez meses de su creación) se exhibieron obras pictóricas de acreditados artistas y de estudiantes, artesanías, manualidades, tallas de madera, fotografías y se dieron funciones de títeres y teatro breve.
La Gobernación del Estado, a través de la oficina de comunicación social, dirigida por Víctor Olegario Carnevali, puso en circulación una revista de amplia circulación bajo el nombre de “Tovar, la ciudad que renace”. De la misma manera la Oficina Central de Información (OCI) de la Presidencia de la República, cuyo titular era el paisano Simón Alberto Consalvi, editó un libro pequeño con artículos de escritores locales.
El viernes seis, por la tarde, tuvo lugar, en el gimnasio cubierto “Monseñor Rafael Pulido Méndez” la sesión solemne del Concejo Municipal para premiar los méritos de preclaros paisanos. Recibieron la Orden “Ciudad de Tovar”, en primera clase, Belisario Gallegos Ortiz (expresidente del Concejo Municipal y fundador del Colegio Hermanas Dominicas de La Presentación), Rafael Ángel Gallegos Ortiz (Director de Cultura de la Universidad de Los Andes y acreditado escritor), Pedro María Gil (Farmaceuta), Julio Enrique Mora (decano de los periodistas tovareños y director del semanario de mayor duración), Tomás Labrador Ramírez (virtuoso educador y periodista) y José de Jesús Rosales (servidor público de gran trayectoria como Gobernador del Distrito Tovar, Prefecto Civil y juez). Por tercera vez se concedía este galardón municipal. Intervino la coral de la Universidad de Los Andes.
Por la noche del sábado siete fue coronada la imagen auténtica de Nuestra Señora de Regla (que data de 1644) como Reina. Al día siguiente, la fiesta patronal estuvo presidida por el segundo obispo de Cabimas Monseñor Marco Tulio Ramírez Roa, hermano del Padre Ramírez.
Festejos Taurinos en el marco del Primer Reencuentro de tovareños
Los carteles taurinos fueron:
Viernes 6 de septiembre 1974. Novillos de Los Aránguez (Estado Lara). Adolfo Guzmán (Mexicano), Carlos Osorio “Rayito” y Rafael Pirela.
Sábado 7 de septiembre 1974. Novillos de Guayabita (Estado Yaracuy). Jesús Salermi, Iván Rodríguez Vásquez y Manolo Fuentes (Mexicano).
Domingo 8 de septiembre 1974. Día patronal. Novillos de Tarapío (Estado Carabobo). Salermi, Pirela y Fuentes.
Guzmán fue el triunfador, al cortar la única oreja del certamen. Tres llenos en plaza portátil de Venancio Moreno, con capacidad para dos mil trescientas personas, instalada en terrenos de El Arado, hoy mercado municipal. Trofeos feriales Concurso Nacional de Ganaderías “Ministerio de Agricultura y Cría” para la dehesa larense por mejor encierro y novillo más bravo. Pasodobles, cambios de tercio y avisos a cargo de la banda municipal “Don Emilio Muñoz”, dirigida por el maestro Luis Epifanio Lizcano. Empresa de Ricardo Ramírez Cuevas. Presidió la comisión taurina José del Carmen (Cheo) Ramírez. La entrada general fue de veinte bolívares por tarde. Buen tiempo en las dos tardes iniciales y amenaza de lluvia en la tercera. Adolfo Guzmán fue declarado triunfador del ferial.
En el palco de la autoridad estuvo el Gobernador Henríquez Vera acompañado de los diputados estadales Albio Mendoza y Ramón Altuve, tovareños, mientras que desde primera fila presenció los festejos el diputado socialcristiano aragüeño José Casanova Godoy, quien años más tarde fue el primer mandatario de su entidad.
El comité central, presidido por el Presbítero Ramírez, acompañado por José del Carmen Ramírez, Marinés Mora, Ricardo Ramírez, Carmen Zambrano de Armijo, María Auxiliadora Mauriello y otros, funcionó a través de comisiones.
Alojamiento. Imelda Guillén de Dávila, Belén Pernía de Rosales, Yolanda de González, Eustoquia Morales de Rivera, Hermana Luisa D. Prada Girón (Directora del Colegio Católico La Presentación), Capitán (FAC) Humberto Ramírez Rincón, Subteniente (FAC) Carlos Grau Gil, Cosme Molina Guillén, Francisco Guerrero, Carlos Armijo, Antonio Quiñones, Claudio García, Presbítero Isaac Meixeira (último director del colegio Padre Arias) y Presbítero Luis Angulo.
Cultura. Rafael Gallegos Ortiz, Ramón Ramírez Méndez, Germán Saavedra, Rafael Pulido Hernández y Alfonso Mora.
Información y prensa. Presbítero Ricardo Silguero López (Director de Radio Occidente), Nilson Humberto Guerra (Diarios La Nación y Panorama), Mario Rosales Altuve (Semanario Esfuerzo) y Germán Rosales (Radio Occidente).
Funcionaron comisiones de ornato y comparsas en cada uno de los cuatro sectores urbanos, encabezadas por Inés Flores de Cortés (El Llano), Imelda Guillén de Dávila (El Añil), José Briceño (Sabaneta) y Jesús “Chucho” Avendaño (El Corozo).
Comités promotores del reencuentro en Venezuela
Los cuatro comités foráneos promotores del reencuentro estuvieron conformados de la manera siguiente:
Caracas. Presidente Coronel (FAC) Armando Guillén Dávila. Vicepresidente Mayor (FAV) Alfonso Zambrano Pérez. Tesorero Alfonso Ramírez. Secretario Manuel Nucete Carrero. Vocales Ramón de Jesús Rosales, Coronel (Ej) Carlos Julio García, María Luisa de Uzcátegui y Pedro Vivas.
Maracaibo. Presidente Teniente Coronel (Ej) Santiago Rojas Vivas, Vicepresidente Hugo Sardi. Tesorero Francisco Sánchez. Secretaria de Actas Mary de Salas. Secretario de propaganda Luis Alberto Guillén Dávila. Vocal Enrique Guillén. Hubo un núcleo en El Tablazo.
Barquisimeto. Presidente Luis Briceño. Vicepresidente Ignacio Cordero. Tesorero Capitán (FAC) José Antonio Monsalve. Vocales Alberto Zambrano y Eunice Carrero Marquina.
Mérida. Presidente Rafael Gallegos Ortiz. Vicepresidentes Carlos Contramaestre y Yolanda Marquina de Quintero. Actas y correspondencia Ramón Emiro Molina. Relaciones públicas César Augusto Zerpa. Coordinador general Indalecio Guerrero Sánchez.
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