Con este curioso vendaje debutó en Madrid, tres días antes había recibido una paliza de una vaca de Cobaleda.(foto archivo "El Tato") Foto:
El 19 de octubre de 1971 es una fecha enmarcada con tristeza en el calendario taurino universal. Ese martes guardaba para siempre su fundón de triunfos el matador caraqueño César Girón, que con sacrificio, pundonor y valentía supo conquistar en la exigente Europa, peldaños destinados para los elegidos del toreo.
César fue la auténtica figura que alternó y triunfó con los mejores en las más exigentes plazas del orbe, lanzó el grito que conquistó a la afición y abrió las puertas al toreo sudamericano.
Luego de fomentar la dinastía, César con ejemplos dignos, de arrebato profesional, vivió con grandeza y disfrutó las mieles del toreo dejando huellas imborrables que aún son un vivo ejemplo para quienes tratan de emular sus hazañas vistiendo el áureo traje.
De sus triunfos en todas las plazas del mundo, destaca su balance de 10 orejas y dos rabos en once corridas en Sevilla; en Madrid cortó 18 apéndices con 6 salidas a hombros, una como novillero, consagrándose ante la dura y exigente cátedra venteña. Al igual lo hizo en Barcelona, Pamplona, Córdoba, Lima y la plaza México, imponiendo su raza, su toreo, y su fuerte carácter retador y agresivo que inquietaba a sus compañeros en el patio de cuadrillas.
Había tenido César un descenso profesional que remontó tras cuajar en la feria de San Isidro de 1958 al célebre "Rosaledo" de Pablo Romero; pero al final de temporada tras su boda con Danielle, hija del famoso magnate francés Paul Ricard, se retiró de los ruedos. Fueron varias idas y regresos de César que volvió en 1960 en una etapa crucial que llegó hasta 1966, con éxitos tan notables como el de las tres orejas en Madrid el 22 de mayo del 62 o las cuatro orejas y rabo en La México a los toros de Tequisquiapan en 1961.
Tras esta etapa se volvió a despedir en el Nuevo Circo de Caracas matando en solitario seis toros de Valparaíso; pero dos años después decide regresar actuando en España con la famosa "guerrilla" que formaron "El Cordobés" y Palomo Linares y que concluyó el 4 de agosto de 1970 en la plaza de Ondara.
Ya en su país, César mantuvo su personalidad y sello triunfador que culminó el 23 de junio de 1971 cuando cortó cuatro orejas al lado de Luis Miguel Dominguín y Antonio Bienvenida en Valencia, cuya monumental tenía arrendada.
Ya estaban los carteles de la feria valenciana de noviembre en la calle, se había ido César Girón a Caracas; pero, de retorno, un viejo camión placas A4-8787 de color rojo conducido por Palménides Aron y estacionado en el hombrillo del Kilómetro 73 de la Autopista Regional del Centro (ARC) cerca de Tejerias, frenó sin detenerse el viejo WW Camarggia que quedó convertido en amasijo de hierros, mientras César era conducido al Hospital Civil de la avenida Miranda de Maracay donde el médico de guardia en emergencia, Carlos Pineda certificaba su muerte por traumatismos generales y fractura de cráneo.
Tras ser velado en la gobernación del Estado Aragua, fue llevado a la maestranza donde, a plaza llena de tristes aficionados, le dieron postrera vuelta al ruedo.
El Creador había dispuesto un final distinto para quien desafió la muerte con temple, valor e inteligencia. Hoy 19-10-2021, a 50 años de su lamentable partida, César Giron sigue siendo vivo ejemplo para los que quieren ser algo en la vida y se lo proponen y los que sueñan con ser toreros y abrazar la fama y la gloria.
Cinco décadas de su adiós físico sin que aparezca su sustituto. Qué grande....César Girón!!
César Girón en la plaza de La Concordia en San Cristóbal. (Foto archivo "El Tato" de Óscar Martinez Natera).
Tiempos de inicio de César Giron con su maestro Pedro Pineda. (Foto archivo "El Tato")
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