El matador de toros valenciano Eduardo Valenzuela, sigue en tierras peruanas sin perder la ilusión y aferrado con optimismo a su profesión; con mucha actitud, pese a los grandes problemas políticos, sociales y de pandemia que atraviesa el país inca en la actualidad.
El joven espada que lleva varios años residenciado en Perú, no deja de hacer campo y de entrenar para cuando tenga que vestir el traje de luces o campero.
Es así como el sábado 10 de julio en la plaza de toros "Joselito", en Lurin, el venezolano encabezó un variado festejo con novilleros y aficionados prácticos; se lidiaron astados de la ganadería local de "Corazón de Oro".
Este festejo es previo a otros importantes compromisos que han surgido y con los cuales se mantiene optimista el valeroso torero que ha hecho de su profesión un verdadero apostolado de muchas y sacrificios para mantenerse en activo y sacar adelante a toda su familia en tierras peruanas.
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