El abandono de varias plazas de toros emblemáticas como la de Valencia Foto: Carlos Lozano
*** Es necesaria unión de todos para enfrentar los retos que se vienen, pues además de las dificultades con pandemia y crisis económica venezolana, se sumará una ley de protección animal próxima a presentarse en la Asamblea Nacional.
La tauromaquia a nivel mundial vive momentos muy difíciles por causa de la pandemia de covid-19 que ha dejado prácticamente paralizados a todos; y lamentablemente a corto plazo no se ve salida, porque los picos de contagio no bajan, las ferias se van aplazando o suspendiendo. Mientras tanto los ganaderos deben sacrificar la mayoría de sus camadas, los toreros entrenan con determinación, pero con la incertidumbre de no saber cuándo volverán a torear. El panorama ciertamente es negro, es la triste verdad.
En Venezuela la situación es mucho peor, porque la ya sabida crisis económica y social que sufre el país ha ido mermando la tauromaquia nacional, con una reducción de festejos cada vez mayor, lo cual reduce el mercado para ganaderos y toreros. El abandono de varias plazas de toros emblemáticas como Valencia, en un estado de deterioro ciertamente preocupante; Maracay, donde los profesionales y aficionados empiezan a movilizarse y Maracaibo donde no se sabe qué ocurrirá. Todas estas instalaciones taurinas se unen al querido Nuevo Circo de Caracas, como símbolos de lo que se está perdiendo.
Los altísimos costos para sustentar la ganadería brava sumados a la precaria situación profesional de nuestros toreros, marcan las altas cotas de deterioro de la fiesta nacional. Surgen también ideas o proyectos de una “nueva tauromaquia” quitando, eliminado u obviando las suertes de varas, banderillas y suprimiendo la muerte del toro en la plaza; es un tema polémico que al conocerse por los grupos taurinos de WhatsApp, abrió el debate que sigue coleando entre aficionados y profesionales, pues algunos ven en ello una salida y otros se oponen rotundamente.
Entre tantas dificultades está surgiendo la iniciativa de profesionales y aficionados de crear un grupo o asociación que se ponga al frente de la defensa de nuestra tauromaquia, lo cual es digno de elogio, buscando la necesaria unión de todos para enfrentar los retos que se vienen, con una ley de protección animal próxima a presentarse y a la que habrá que estar atentos.
La unión tan nombrada y buscada hoy día es más que necesaria, si no se logra entender esto, cualquier intento será baldío. El futuro del toreo en Venezuela depende de todos.
Es un último aviso, y muy serio.
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