26/1/20

Discurso en los 87 años de la Maestranza de Maracay

Carlos Ynojosa, en una narración taurina, se refirió a la crítica situación de las instalaciones de la plaza.

por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com

Luego del aniversario conmemorado -no celebrado- de la plaza de toros de Maracay, hemos podido obtener el texto de las palabras del orador de ese 87 aniversario de la Maestranza César Girón. Los amigos de la querida plaza, se organizaron para hacer algo que les permitiera desahogar el sentimiento taurino por querer rescatar su maravillosa instalación taurina.

Gracias a la colaboración de Pancho Maury, nos llega el discurso para plasmarloen esta web como símbolo de que aunque sea en crisis, los dolientes de la Maestranza no olvidan su significado e importancia.

Discurso de Carlos Ynojosa con motivo del 87 aniversario de la Plaza de Toros César Girón el 20 de enero de 2020:


La Girondina. Homenaje a La Maestranza “César Girón” de Maracay 
en sus 87 años de fundada (20-01-1933/20-01-2020)


Hoy debemos y queremos conmemorar un año más de existencia de La Maestranza “César Girón” de Maracay. Tal día como hoy, el 20 de Enero del año de 1.933, fue inaugurada nuestra Maestranza. A propósito de tan importante fecha deseamos compartir con todos ustedes algunas consideraciones como homenaje de nuestro patrimonio histórico.

Aquella tarde de sol y arena, cerca de las cuatro de la tarde en la capilla, César Girón, antes de ir a la faena, se arrodilló frente a la virgen La Macarena y se santigua; y luego se dirigió al ruedo, su ruedo, el de Calicanto. Verla en ese estado casi moribunda donde hicieron el paseíllo: Eleazar Sananes (Rubito), Manolo Bienvenida, Pepe Gallardo, César, Francisco (Curro), Rafael y Freddy Girón, Manolete, el Diamante Negro, Morenito de Maracay y tantos toreros más, los subalternos, los caballos en el patio y los toros en los corrales, unos miuras de 500 kilogramos.

Todos en la plaza, su plaza, no la aceptan, no lo creen. La plaza sufrió una cornada, está herida de muerte, un pitón de desidia atravesó sus entrañas y Copete no consigue la carretilla para limpiar la sangre derramada sobre un territorio sagrado, por cuanto la historia y la tradición de un pueblo así lo perciben y repiten.

Se robaron todo, hasta los cables del alumbrado eléctrico; las tablas fueron destrozadas por la desidia y el sol inclemente. La lluvia pertinaz y hasta los comejenes, desdibujan una imagen irrepetible. Del color rosa viejo solo queda el calificativo.  Estamos dejándola morir de mengua.

Se lo robaron todo, hasta el busto de Manolete. Expresa José Casanova Godoy en su Discurso con motivo de los 50 años de La Maestranza “César Girón” que “No podía ser una plaza cualquiera, ni siquiera simplemente una plaza sólida, cómoda o grande. Tenía que ser, sobre todo, una plaza bella, a la altura de las ilusiones que sus pechos anidaban. Tenía que ser una plaza para el vuelo trascendental de la aragüeñidad”

Hoy invoco a César Girón, a sus hermanos fallecidos y convoco a sus hermanos vivos (La dinastía Girón); vamos todos juntos a salvar a La Plaza; y junto con nuestro pueblo maracayero y su importante afición taurina no permitamos que se derrumbe; invoquemos al Doctor Moros Adrián, debemos reanimarla.

En el palco presidencial, la figura de El Benemérito, a su derecha Don Antonio Pimentel y a su izquierda Don Florencio Gómez, integraban la comitiva –entre otros- Santos Matute Gómez, José Rosario Gómez, Rafael Requena, Samuel Niño, Rafael María Velasco, Juan Vicente y Gonzalo Gómez, Juan Vicente Ladera y el arquitecto Carlos Raúl Villanueva.

Suenan clarines y timbales, la banda entona el pasodoble “Sol de Aragua”. Se abre el toril; un torazo de 500 kilos; Presumido, lleva por nombre; recorre imponente y con valentía,  el ruedo; este bello animal mira alrededor de su plaza abandonada, triste y acongojada; el instinto le indica:  esa cornada no la di yo.

Tenemos una emergencia, hay que atenderla y no dejaremos morir La Maestranza. Se reúnen todos con El Benemérito.

En la mezquita Pancho Maury dice:
--Hay que regar el ruedo--

Victor Bellino responde:
--No hay agua--

Y Elpidio Fuentes, conserje de la plaza, contesta:
--Agua hay en el tanque; pero la bomba no funciona. Acabaron con todo, se nos diluye el monumento histórico del toreo. No puede morir, no dejemos perder La Maestranza, ícono central de los toros y la afición taurina que palpita en los corazones de los maracayeros.

--La cornada es profunda-- dice el médico.

Llaman a la ambulancia para su traslado a terapia intensiva; ella en su agonía se resiste, no se quiere ir, prefiere perecer allí en su Calicanto de siempre. Hay que colocarle suero, color rosa viejo, antibióticos contra la abulia, tablas verticales nuevas para sostener su integridad, alumbrado anti infortunio y agua purificada contra el olvido, mantenerla vigilada las 24 horas del día para que las termitas no la conviertan en una estructura sin corazón. No puede, ni debe dormir eternamente.

A propósito de esta situación,  citamos al Doctor Alberto Ramírez Avendaño “Clamamos una vez más por una verdadera restauración que recupere el mensaje original, que rescate los matices sutiles, que respete la vocación de su creador”.

Volvemos con Presumido en los corrales, donde muge; o más bien, llora de tristeza y busca a como dé lugar salir al ruedo.

César Girón, en los burladeros, espera impaciente para adornar su tarde final con la ejecución de su Girondina.

Carlos Manuel Ynojosa Blanco
20 de Enero de 2020

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