Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


Bono de colaboración desde 10 $ en: Asogata, 
Escuela Taurina César Faraco: Plaza Monumental, Pueblo Nuevo  
Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
Contacto: 0412 658 4112

5/10/17

Vanegas y Colombo

Confiamos que la Divina Providencia siempre guíe y proteja los nacientes ídolos de la tauromaquia nacional.

por: Eduardo Soto



Manolo Vanegas tomó su Alternativa en Francia el pasado junio, Jesús Colombo lo hará en Zaragoza la próxima semana; los dos terminaron en el tope del escalafón novilleril, ambos representan la esperanza de la torería venezolana y la aspiración de todos los taurinos del país es verlos actuar, de ser posible, en un nuevo enfrentamiento que seguramente superará el éxito artístico del anterior, celebrado en Valencia en 2015.

Ahora bien, la coyuntura impone escaso margen de maniobra y las realidades pueden truncar estos sueños. Sin embargo, pocas veces como ahora, nuestra afición ha estado tan sedienta de ídolos, pues han escaseado largo tiempo, ya no nos alcanzan los recuerdos y hay necesidad creciente de tener figuras propias, que nos permitan renovar nuestro espíritu taurino y volver a henchir el pecho con orgullo patrio.

Pero no todo depende de los jóvenes matadores, que comprenden bien lo complicado de la situación. Habría que convencer a quienes dirigen sus actuaciones, de la importancia de evitar que sus pupilos se inicien con la conciencia lastrada, al no haber atendido el clamor de la afición venezolana por cuestiones económicas, sobre todo cuando tienen un panorama despejado en tal sentido, que puede hacerse más prometedor con las resonancias de un nuevo Mano a Mano y las perspectivas de una creciente rivalidad beneficiosa para todos.

Ciertamente, un apoderado debe preocuparse no solo por el estado físico, sino también por la tranquilidad anímica de su poderdante, de la cual depende en buena medida la calidad de su desempeño, pues el buen toreo es sobre todo arte que brota de las profundidades del espíritu.

Confiamos que las esperanzas de la afición del país entero, no se inmolen en el altar de las intransigencias crematísticas; pero, en todo caso, que la Divina Providencia siempre guíe y proteja los nacientes ídolos de la tauromaquia nacional.

Eduardo Soto

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