Redacción 'Del toro al infinito' - Madrid, 19 de Octubre de 2017
El sueño de gloria del torero no se interrumpe por la tragedia y Jesús Enrique Colombo  ya ha podido tomar entre sus manos una muleta para dibujar tímidos  pases de salón para después volver a  la realidad de su recuperación  ayudándose con las muletas de andar en la fiel compañía de su padre Jesús Adolfo Colombo, verdadero artífice de la vocación de su hijo. 
La  fe del joven venezolano en su pronta vuelta a los ruedos para proseguir  su camino de esperanza hacia altas metas, le hace sostener la mirada puesta en Lima y en cuya plaza está anunciada su alternativa en la próxima feria de Acho. 
La terrible cornada sufrida por Colombo en la novillada de Valencia en vísperas de su ansiado doctorado por el maestro Ponce  en la pasada feria de El Pilar de Zaragoza, ha supuesto un prueba de  fuego para el tachirense y el aplazamiento de su irrupción en el  escalafón superior; pero no importa, su sangre ha sido semilla fértil  sobre el campo de la Fiesta y en su alma de torero que le acerca el  horizonte de gloria que, seguro, le espera.
 De casta le viene al galgo...
 




 
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