La plaza portátil La Venezolana será insuficiente para albergar a tanta afición taurina tras 22 años de espera, donde se homenajeará a Victor Barrio.
Ilustración: Rocko - radiosegovia.com
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Columna: Ambientazo taurino en Santa Cruz de Mora
***** Precisamente es la Patrona Virgen del Carmen la que siempre ha cristalizado en nombre de las benditas almas ánimas del purgatorio. Es por ello que la excelsa patrona del Carmen será fiel testimonio del minuto de silencio que los toreros y el soberano amante de la tauromaquia guardarán de pie en memoria de quién entregó su vida desde la habitación 30 del hotel Reina Cristina de Teruel, allí se encomendó en su ritual que hacen los diestros al salir rumbo a la plaza.
***** “Lorenzo“, toro cárdeno salpicado en lucero de Santa Coloma, se llevó la ilusión de un espigado torero tras una brillantísima carrera como novillero, pero la fiesta más alentadora sigue en curso tras no menos de 30 años sin que apareciera el luto en el ruedo. El 30 de agosto de 1985 fue “Avispado“ el que se llevó a José Cubero “El Yiyo“
por: Eduardo Ravell - DIARIO PICO BOLIVAR - Mérida
Han sido momentos duros y difíciles de matizar, o de digerir, tras lo acontecido el pasado sábado 09/07 en la plaza de toros de Teruel en la llamada Feria del Angel. Me acuerdo que en una ocasión en el legendario Hotel Park de Glorias Patrias de Mérida a dónde llegaban toreros, apoderados, ganaderos, mozos de espadas y suficientes turistas aficionados a los toros, la fiesta más bella entre el hombre y el toro. La bestia que humilla y el hombre vestido en luces por la vida. En aquel cartel donde torearon el difunto Nimeño II, José Ortega Cano y José Nelo “Morenito de Maracay“ me correspondió conocer y tomarle un saludo a la afición del Maestro Ortega Cano y para ello fue la habitación donde se hospedaba el diestro español para saber de cerca sus impresiones ante el cartel que llamaba la atención, mediáticamente, en aquellos años 80 cuando el gusanillo taurino despertaba tanto interés quizás como lo es ahora con la excepción de que en aquellos años 80 y 90 eran, obviamente, años dorados de la fiesta brava entre América y Europa.
Me correspondió subir, acompañado del mozo de espadas español del cual no recuerdo su nombre ahora mismo y cuál sería la sorpresa al ver al Maestro Ortega Cano concentrado entre clásicos de Bach y Mozart antes de vestirse de luces pero aún más me impresioné al ver sobre una amplia mesa todo un altar forrado de estampitas de diferentes vírgenes y Cristos ante los cuales el torero se fijaba en la mirada para contestar brevemente el saludo a la afición que esa tarde llenó la Monumental “Román Eduardo Sandia“.
Es eso, una religión sagrada, un respeto mutuo, un compás de fe que remata el matador cuando llega vestido de torero a la capilla de la plaza, última parada antes del inmortal paseíllo. Buscar la gloria de regreso al hotel y sin embargo esa tarde sólo salieron por la puerta grande Morenito y Nimeño II quedándose Ortega Cano con sólo una oreja pero habiéndose jugado la vida una vez más.
La habitación 30 del hotel Reina Cristina de Teruel sólo se conformó con ver el regreso del mozo de espadas de Víctor Barrio, a recoger lo que el torero de 29 años había dejado antes de la tarde fatídica de un 9 de julio. Por eso es que los diestros Erick Cortez, César Vanegas, Gregorio Torres “Maravilla“ y Jonathan Guillén, harán el paseíllo desmonterados en un homenaje único al segoviano Víctor Barrio, justo una semana después de la tragedia en el ruedo de Teruel. Ovaciones, oles, soleras pero ante todo ese solemne minuto de silencio que se oiga desde Santa Cruz de Mora hasta Segovia y el resto del mundo de la tauromaquia.
Religión taurina por siempre. Paz al alma de Víctor y que viva la Fiesta, el espectáculo sigue. Este sábado 16 no será un sábado cualquiera.
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