18/7/16

El Rejoneo: Evolución de una técnica de guerra a un espectáculo artístico

La segunda edición del Premio Nacional de Tauromaquia (PNT) fue otorgada al alicantino Francisco Cano, Canito, el más que centenario y archiconocido fotógrafo taurino. Foto: abc.es

Columna: RETAZOS TAURINOS

por: Eduardo Soto

•El Matador mexicano Enrique Fraga, es quizás el único caso en la tauromaquia mundial de un torero que haya tomado las dos alternativas, tanto la de matador de toros de a pie como la de rejoneador. Fraga recibió sus borlas en Mérida, Yucatán, la primera en 1977 y la segunda en 1991. Además, también se hizo ganadero de reses bravas, al debutar con su hierro en la Feria de Tulancingo, en el Estado de Hidalgo, el año pasado.

•Es bien conocido que dos de los grandes maestros: Juan Belmonte y Carlos Arruza, fueron también toreros de a caballo, pero ninguno se doctoró como Rejoneador. Más recientemente, recordamos al sanluqueño de Barrameda Paco Ojeda, quien hizo el grado de matador en 1979 y debutó como rejoneador en 1994. Ojeda, fue el primer galardonado con el Premio Nacional de Tauromaquia (PNT) en 2013, por su gran personalidad estética y la influencia que su concepción del toreo ha tenido en la tauromaquia.

•La segunda edición del PNT fue otorgada al alicantino Francisco Cano, Canito, el más que centenario y archiconocido fotógrafo taurino; y en el 2015, le correspondió a la Escuela Taurina Marcial Lalanda. Es de mencionar que, precisamente, cuando la autoridad local suspende la subvención que recibía desde hace varias décadas del Ayuntamiento madrileño, la Escuela Taurina haya sido galardonada por el Ministerio de Cultura, por ser la más antigua de las escuelas taurinas contemporáneas y haber sabido adaptar sus enseñanzas al paso de los tiempos.

•El Arte del Rejoneo es la evolución de una técnica de guerra a un espectáculo artístico. A lo largo de la historia militar, la caballería ha tenido un papel importantísimo y solo hasta el siglo pasado, los equinos fueron reemplazados por la caballería mecanizada de tanques y helicópteros.

La fama de los jinetes ibéricos era legendaria y fueron contratados como mercenarios en las guerras del Peloponeso, cuatro siglos antes de Cristo. Su técnica de montar era tan superior que se decía que hombre y caballo eran uno solo, lo que algunos autores consideran dio origen al mito del Centauro. Cuando los Moros invadieron la Península Ibérica y hasta la culminación de la reconquista, es decir desde el siglo VIII hasta finales del siglo XV, los nobles cristianos de lo que ahora es España y Portugal, demostraron su superioridad como jinetes montando caballos ibéricos y la forma que practicaban para la guerra era alanceando toros bravos.

Al finalizar las hostilidades, los nobles siguieron con esta práctica en las plazas de armas, lo que explica por qué las corridas se dan en plazas y no en estadios. Con la llegada del Renacimiento, las Academias Ecuestres empezaron a otorgar suma importancia a la belleza y la estética en el arte de alancear toros bravos, pero en 1567, el Papa Pio V prohibió estos ejercicios a los nobles españoles.

•Sin embargo, la Bula no afectó a Portugal y es allí donde se mantiene intacto el uso del caballo ibérico, que gracias a un proceso ininterrumpido de selección que abarca varios siglos, ha producido el magnífico caballo lusitano que, hoy en día, usan muchos de los mejores rejoneadores del mundo. Ello también ayuda a explicar que el toreo a caballo portugués haya mantenido su tradición y desarrollado un estilo propio que se caracteriza, entre otras cosas, por el vestido A La Federica, casaca bordada y sombrero tricornio rematado con plumas de avestruz, reminiscencia de los uniformes de las tropas de Federico El Grande de Prusia, en el siglo XVIII.

•Por cierto, las corridas sin suerte suprema en el redondel, comenzaron en 1836, cuando la reina Mercedes II de Portugal, prohibió que las corridas de toros terminaran con la muerte del animal, por considerarlo un espectáculo cruel. Lo cual no quiere decir que, de todas maneras, el animal no fuera apuntillado en las afueras de la arena.

•Los toros que van a lidiarse en una corrida de rejones, tiene los pitones especialmente preparados con el objeto de que no puedan hacer mucho daño a los caballos. Sin embargo, ha habido casos como el cordobés Antonio Cañero, referente mundial del rejoneo en la primera mitad del siglo XX, quien cooperó con la Fiesta Brava en nuestro país, el cual solía rejonear toros a toda punta y, al igual que los toreros de a pie, participaba en el sorteo de los astados.

•El Rejoneador madrileño Gregorio Moreno Pidal, es uno de los pocos que se han atrevido con toros en puntas en la segunda mitad del siglo XX, lo que resultó en la muerte de Barquero, uno de sus caballos corneado por un toro de Cortijoliva en Talavera de la Reina, en 1972.

•Más recientemente, el rejoneador vallisoletano Sergio Vegas, se anunció para enfrentar un astado a toda punta de Partido de Resina, en la Feria de Corpus de Granada en 2011. El resultado estuvo a punto de ser trágico, pues Sergio recibió una grave cornada en el pecho al entrar a matar cuando había echado pie a tierra y su caballo también sufrió un puntazo del mismo pabloromero. Arriesgado el de Valladolid, ¿No les parece?

Eduardo Soto, A

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