Cobijados por pertinaz lluvia, bajo la atenta mirada de sus instructores, padres y representantes, directivos de la Escuela Taurina de Mérida, del matador de toros Alexander Guillén, en medio de la lógica intimidad formativa, como debe ser, los alumnos de dicha escuela, cumplieron con valor, gallardía y entereza, su primera clase práctica evaluativa, en la Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”, la tarde del viernes 25 del mes en curso, actividad que contó con el apoyo institucional del Complejo Recreacional de Mérida (COREMER) cuyo presidente Sharif Aisami, asomó sus dotes de aficionado práctico.
La materia prima de esta interesante clase práctica, provenía de las dehesas de la ganadería venezolana de “Rancho Grande”, tres vaquillas de embiste y enteradas, que se dejaron de los alumnos de la escuela taurina merideña, unos bien parados frente a la res, otros recelosos, no faltó el carrerón, uno que otro revolcón, que nunca falta en estos menesteres de formación en lo del mundo del toro.
A la vista de los directivos de la escuela, Alí Quintero, Carlos Rosales, Jorge Valecillos; de los progenitores y allegados de los alumnos, los de COREMER, del Museo Taurino, quien escribe la presente nota, de Freddy Ramírez “Garapuyo” y el colega Jorge Rodríguez, en condición espectadores de esta primera clase práctica evaluativa, quedó demostrado que el trabajo instructivo formativo educativo que vienen cumpliendo los Maestros Mauro Pereira y Enrique “Kike” Torres, tiene buenos frutos, algunos detalles por corregir indudablemente pero altamente fructífero en esa encomiable tarea que tiene de alentar y fortalecer esa ilusión afición, pasión que tienen dentro de sí, los doce (12) alumnos que forman la plantilla regular de la Escuela Taurina de Mérida, en la que se instruye los que serían, la nueva generación de la Cantera Taurina de Venezuela y olé.
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