24/4/16

El nuevo estoque posee acero quirùrgico

El Cid junto a Rafael de Lara, inventor de este estoque - Foto: J. M.- sevilla.abc.es

Columna Retazos Taurinos

por: Eduardo Soto


*** Desde al año pasado existe el prototipo de un nuevo estoque, ideado por un investigador de la Universidad de Córdoba en Biocinética Aplicada (ciencia que estudia los movimientos o cambios de posición en los organismos vivientes) y buen aficionado taurino.


El prototipo, ya patentado, tiene apariencia normal, pero es de acero quirúrgico (el de los bisturíes), su extremo está diseñado de manera triangular y drena la sangre por medio de un pequeño canal que llega hasta una cápsula situada bajo la empuñadura. Su punta curva consigue una mejor penetración y, justo debajo de la cruceta, tiene también dos pernos laterales, los cuales posibilitan que la espada pueda girar y redirigirse. El estoque no es flexible, para impedir que el toro lo escupa y la empuñadura tiene amortiguación para evitar daño en los escafoides.


Al parecer, existen varios toreros interesados en el estoque, se está estudiando la viabilidad legal de su utilización, su inventor, el Dr. Rafael de Lara, lo llama La Espada de la Suerte y al preguntarle por el precio respondió cien orejas.


*** El primer matador profesional de a pie, muerto por asta de toro, fue el gaditano José Cándido, quien en la plaza del Puerto de Santa María, fue corneado mortalmente el 23 de junio de 1771 y falleció al día siguiente. José comenzó desde niño como miembro de una cuadrilla y destacó rápidamente por su inteligencia, valor y maestría para ejecutar las suertes más difíciles. Inventó el salto del testuz y mataba toros con sombrero y puñal, en lugar de muleta y estoque. Algunos sostienen que la cornada mortal se produjo al efectuar un quite, aunque otros dicen que el fatídico percance sucedió al resbalar el torero en un charco de sangre.


*** Al hablar del trapío de un toro de lidia, es bueno tener presente que viene dado por una combinación de factores como: cara, tamaño, peso, testuz ancha, cuernos bien colocados, ojos grandes y brillantes, orejas y pezuñas pequeñas, cuello grueso y flexible, morrillo grande, pecho amplio y profundo, grupa ancha y musculosa, extremidades delgadas pero fuertes, proporción armoniosa, pelo lustroso y movimientos rápidos.


Cada encaste tiene su propio trapío que no hay que confundir ni con volumen, ni con las exigencias del mercado, pero el que no pueda adaptarse a tales demandas, está condenado a desaparecer e inmolar sus toros de lidia en el anonimato de cualquier matadero.


Viene al caso recordar que la casta navarra era conocida por sus toros pequeños, duros y codiciosos y, a pesar de que fue templada mediante cruces con sangres menos violentas, está prácticamente extinguida, aunque algún vestigio queda en ganaderías como las de Zalduendo o Carriquiri. Pues bien, la casta navarra debe su aciago destino a su poco volumen y su mucha bravura, combinación inaceptable rechazada en el primer caso por el público, en el segundo por toreros y en todo caso por el mercado. El trapío de la casta navarra la condenaba inexorablemente a desaparecer.


•Hace poco leí en alguna parte, que la decepción del aficionado es el motor histórico de la Fiesta Brava, pues su carácter insatisfecho lo empuja tarde a tarde a seguir alimentando su afición al toreo, único espectáculo que se da el lujo de defraudar a miles de espectadores a la vez y no pasa nada.


Estas consideraciones pueden ser ciertas si las aplicamos a la feligresía existente, pero entonces estaría condenada a no tener crecimiento, con lo cual iría desapareciendo paulatinamente.


En la coyuntura actual, es cada vez más importante la captación de nuevos aficionados, sobre todo dentro de la juventud, cuya reacción ante la decepción pudiera ser no retornar. La afición taurina no debe permanecer estática, so pena de que un día de estos nos declaren especie en vías de extinción o acaso ¿Será que ya lo somos?


Eduardo Soto, A.T.T.

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