ABOGAMOS POR LA UNION

* Los toreros venezolanos deben buscar con coherencia beneficios generales

por: Jesús Ramírez “El Tato”

En la feria de San José de 1.968, bajo la organización del Patronato de Ferias, reventó un lío gordo entre matadores y subalternos, por culpa de esa desunión que ha caracterizado a los toreros venezolanos, y que puso en peligro la realización de las corridas, por un conflicto planteado horas antes de dar comienzo a los festejos.

Haciendo historia, los toreros venezolanos abandonaron muy pronto el Montepío, que fue el inicio de una lucha de los primeros matadores criollos que sintieron las exigencias y rigurosidad del toreo en España. Entonces crearon la Asociación Venezolana de Matadores de toros y novillos y posteriormente la Asociación de subalternos.

Pero muy pronto se dividieron y existían dos gremios de matadores y subalternos. En ese año 1.968 cuando faltaban horas para el inicio de la primera corrida de la Feria de San José, a los miembros de la Asociación de subalternos, se les ocurrió poner en marcha un acuerdo firmado entre ellos y la Agrupación de Matadores de toros, según la cual, sus subalternos solo actuarían con miembros de la Agrupación de matadores.

Los espadas pertenecientes a la Asociación, la más antigua, no tendrían picadores ni banderilleros. Curro no podía torear entonces con Adolfo Rojas que venía a debutar, porque era miembro de la Asociación y Adolfo de la agrupación, pero es que “Camachito” era miembro de la Asociación de subalternos y los hermanos Ginesillo y otros eran de la Unión. El juego estaba trancado y faltando pocas horas para el inicio de la primera corrida, con la plaza llena, no se sabía si había corrida.

Curro Girón defendió su derecho y como miembro de la Asociación reunió a los subalternos y formó las cuadrillas. Unos perdieron y otros ganaron en este triste episodio. Finalmente, en la primera corrida actuaron Curro Girón, Joselito Huerta y Paco Camino, y en la segunda repitió Camino con Manolo Martínez y Adolfo Rojas.

Traemos hoy a colación este hecho lamentable, ahora que se oyen voces para tratar entre empresarios y toreros proximamente, el delicado tema actual de la Fiesta Brava en el país. La unión, coherencia y sensatez deben privar antes que los intereses personales. Cualquier proyecto planteado debe ser para el beneficio de todos y el engrandecimiento de la fiesta brava, sin dar cabida a revanchismos o más divisionismo.