El rejoneador colombiano Juan Rafael Restrepo en su único astado lidiado en séptimo lugar, pudo ofrecer un espectáculo de toreo de a pie que redondeó con un rejón de muerte bien puesto. Foto: Comana
Por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com
César Vanegas: Palmas y Lesión que ameritó operarle
Luis Bolívar: Silencio y una oreja
El Capea: Silencio tras aviso y Silencio tras aviso.
Rej. Juan Rafael Restrepo: Dos orejas
San Cristóbal.- La última de feria de San Sebastián en su XLVI edición, cerró con un rotundo triunfo del rejoneador colombiano Juan Rafael Restrepo quien en su único astado lidiado en séptimo lugar, pudo ofrecer un espectáculo de toreo de a pie que redondeó con un rejón de muerte bien puesto que hizo delirar a la concurrencia que solicitó con vehemencia los trofeos que al parecer con sólo una oreja lo iban a arreglar; sin embargo, toda la plaza era un hervidero insistiendo para que le concedieran la segunda y al lograrlo reventaron los aplausos para el debutante en la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo que diseñara el arquitecto Eduardo Santos Castillo.
El torero tachirense y primero del escalafón 2009: César Vanegas (de vino tinto y azabache) no las tuvo consigo; se entregó desde el primer momento de pisar el redondel y pechó con un astado de peligro de don Jerónimo Pimentel que desde el inicio del trasteo le hizo un extraño – a modo de aviso- lo cual encorajinó a Vanegas, arrimándose más y teniendo expectante a las damas del tendido. Justo luego del segundo tercio, habiendo colocado dos pares de poder a poder, le faltó el respeto pisando terrenos prohibidos llegando el momento indeseable: una embestida feroz con repetición en el piso llegando a engarzarlo por el brazo derecho para zarandearlo peligrosamente. Su valor y entrega le permitieron regresar al ruedo a terminar con este “Travieso”, de 460 Kgs., No. 553. Con una herida que no sospechaba, le realizó una faena de mérito y mató de estocada mas media estocada. El público le tributó palmas a su profesionalismo.
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