Por. Freddy Ramírez “Garapuyo”
Por lo que hemos averiguado la salud de las corridas de la LII Feria del Sol de Mérida, ahora mismo se encuentra a punto de trauma, la sociedad empresarial que lleva los hilos en la organización de las tardes de toros, se debilita, el virus maula anti-toro, que hace vida en la Mérida, turística, estudiantil, y taurina, anda a sus anchas, poniendo en riesgo contratos con afamados toreros, y otros que están por anunciarse, la carga viral oculta entre zorros y camaleones politiqueros de oficio ataca con agresividad a punto de echar a pique las corridas de toros del Carnaval Taurino de América, febrero 2023, por consiguiente perjudica ostensiblemente la organización taurina de la feria.
Se conoce que la organización empresarial taurina, compuesta por el Complejo Recreacional de Mérida (Coremer) con las empresas taurinas de los Hermanos Manfredi López y los Rodríguez Jáuregui, son quienes llevan los hilos de los toros del Sol de Mérida, desde hace algún tiempo esta gente habría entregado a la Comisión Taurina del Municipio, todos y cada uno de los recaudos exigidos por la Ordenanza Municipal, contratos de toreros firmados, ganaderías y demás diligencias, la empresa a la vez también habría solicitado el permiso respectivo para la apertura y puesta en venta de las entradas por abono para las tres corridas de feria.
Como aficionado, defensor de la fiesta brava en nuestra entidad, independiente de la empresa taurina que este de turno, siempre hemos estado atentos a los movimientos anti-toro, leyendo los anuncios que circulan en las redes sociales, lo que se habla en los mentideros, donde la sociedad taurina deja ver la molestia ante la tardanza del permiso municipal para sacar al público, la venta de entradas por el sistema de abono y así, poder dar a los 4 vientos, los carteles de las corridas de la Feria del Sol, no queda otra que denunciar cualquier calamocheo por parte de los que se creen imprescindibles e intocables amparados de la mano pelúa..
Hemos visitando a concejales, ante la pregunta, estos dicen no estar enterados del asunto, aducen que para el caso la pregunta debe ser dirigida a la Autoridad Taurina, que para tal fueron nombrados por el Alcalde del Municipio, hemos contactado algunos miembros de la Comisión Taurina, quienes sin ningún empacho han dicho que todo el papeleo está en orden y que no hay ningún reparo para dar el permiso respectivo, pero que todo lleva su tiempo.
Ante las respuestas nada convincentes, fuimos a más, la pregunta fue directa a gente muy ligada al asunto político de la ciudad y lo que hemos sabido, de ser cierto, la bola pica y se extiende con visos de lio gordo entre bandos... no obstante para dar mejor salud a la fiesta del toro y a la feria del Sol en sí, el remedio es casero y lo tiene a la mano la autoridad Municipal Taurina, ellos tienen la palabra.
El apartado de entrada y sus protagonistas.
Para conocer un poco, cómo se han gestado y manejado los abonos taurinos de nuestras ferias, he aquí un pequeño bosquejo de los mismos y sus protagonistas:
Se podría contar con lujos y detalles de cómo se empezó a fraguar en Venezuela aquello de apartar las entradas para las tardes de toros de las ferias de pueblos, ciudades, sobre todo en la provincia, -habría que visitar hemerotecas, archivos y algún libro- y, así echar el cuento como es. No obstante en los 60, las corridas organizadas en el barrio La Concordia de San Cristóbal, según dicen dio inicio aquella práctica; sería aventurado, asegurar que fue acá donde empezó aquella modalidad.
Por el centro del país, el Nuevo Circo de Caracas y la Maestranza de Maracay, con las corridas de temporada de los 40 y 50 con los figurones del toreo de la época, la afición y público en general, -me imagino- que contactaban al empresario de turno para hacer el respectivo apartado, asegurando así el boleto de entrada y no depender de la reventa, o quedarse fuera de los recintos.
Lo cierto del caso, es que en San Cristóbal, con la venta, puerta a puerta de acciones para la construcción de la plaza de toros por parte del joven promotor Hugo Domingo Molina, quien junto a un equipo promovieron el levantamiento de la plaza de toros monumental y su feria. Un poco más tarde el empresario Manuel Martínez Flamerique "Chopera", trajo desde España, la modalidad, que pagando cómodas cuotas semanales se apartaba la entrada para las primeras ferias.
Por Mérida sin lugar a dudas fue el también joven Luis Gandica Villareal, quien implementó la novedad de sistema de abono, siendo el primer empresario taurino -duela a quien le duela- junto a Chopera los que organizaron las corridas inaugurales, trayendo en exclusiva a Manuel Benítez “El Cordobés” para la recién construida plaza Monumental de Mérida.
Posterior, Don Jerónimo Pimentel, con experiencia con Los Lozano en las ferias de Manizales, Medellín, Cali, Bogotá, implantó por estos lares aquello de vender las entradas por abonos, incentivando al aficionado y público con premios, se impulsó los clubes del hogar, donde semanalmente alguien salía favorecido, con artículos, como ayudantes de cocina, ollas, viajes, donde también jugando con las últimas dígitos de alguna lotería, el abono podría salir premiado, esta forma de pagó la puso en boga con mucho éxito la empresa taurina, Espectáculos Andinos de Lic. Hugo Domingo Molina
Tiempo después, la empresa de Don Fabio Grisolía sacaba la misma forma de vender las entradas por abonos, pero con incentivos, rebajas, precios especiales para los estudiantes universitarios y becas a través de la FCU, se rifaron autos, continuando el sistema de premios para los abonados por el sistema de pólizas que abarcaban varias series, semanal mente, los días lunes, por la noche con los últimos números de tal o cual lotería, varios eran los afortunados, algunos con una sola cuota ganaba el abono, por cierto esa cuota era el primer pagó para el promotor, vendedor, que por lo general eran estudiantes universitarios, trabajadores, amas de casa… aparte de aquel primer bono, el vendedor acumulaba porcentaje de la venta total, algo así como el 3 u 4 por ciento, con la condición que el vendedor seria también cobrador, visitando corporaciones, cajas de ahorro, consejos municipales, comercios, casas de familia… aun esta forma de vender el abono taurino, sigue sin ser superada en Mérida con 6.900 abonos vendidos, cinco corridas con papel agotado, donde algún público radical, que al no conseguir entradas en taquilla optaron por quemar las mismas.
De aquella a la actual, él que mejor tino ha tenido para manejar un abono, tomando prácticas de aquel ogaño, ha sido el joven empresario Orlando Echenagucia en la Feria de Tovar.
En cuanto a las demás empresas taurinas que han organizado y otras que siguen el sendero de montar las tardes de toros en San Cristóbal, Mérida y Tovar, hoy día ante las limitaciones económicas hacen de tripas corazón en la promoción y venta de los respectivos abonos taurinos, donde el abonado va cancelando en cómodas cuotas las boletas de entrada a las corridas de toros, que a decir de los entendidos, la feria que más ha vendido su abono, esta no ha superado la barrera de los 3,000 y, ahora, para colmo las tardanzas, los escollos que hay que sortear para sacar el abono taurino de una de las ferias grandes como es la del Sol de Mérida, la venta bajaría de forma alarmante con respecto a la temporada anterior.
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