Está afincado en Colmenar Viejo con el apoyo del torero en retiro y ganadero: Carlos Aragón Cancela, y recientemente con el matador venezolano Ramón Álvarez "El Porteño", Foto: Víctor
Varios son los toreros venezolanos que luchan fuera de nuestras fronteras, tratando de abrirse paso en medio de esta cruel pandemia. Uno de ellos, quizás el novillero que más llena de esperanzas, es el merideño José Antonio Salas, que se anuncia en los carteles como José Pirela.
Con varios años en España adonde se fue sin ayuda alguna, el joven merideño viene ratificando su valía en novilladas sin caballos y en el campo bravo, donde lo han visto los que hoy confían y difunden sus excelsas condiciones artísticas.
Afincado en Colmenar Viejo con el apoyo del torero en retiro y ganadero Carlos Aragón Cancela, y recientemente con el matador venezolano Ramón Álvarez "El Porteño", el prometedor joven anida esperanzas que, Dios mediante, en medio de esta gris circunstancia que vivimos, demostrará fuera de las plazas de tienta.
Le vimos por nuestras plazas siempre evidenciando clase especial, ambición, profundidad, disposición, pureza y mucha personalidad. Comenzaron a escasear las novilladas y pronto tomó el camino para hacer realidad su sueño torero con las apreturas propias que conlleva el sacrificio de viajar solo con una maleta de ilusiones.
Sin temor a equivocarme, si recibe decidido apoyo y las oportunidades que se merece, José Pirela puede ser el gran torero de arte que Venezuela espera, ojalá y no se envuelva en la hojarasca de la traicionera impaciencia, para que su nombre brille a gran altura y sea una auténtica realidad.
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