Es necesario que se conforme una gran cruzada para contrarrestar el accionar de los que nos adversan. Ilustración: Julián Varona (+).
En las buenas y las malas, en crisis, en pandemia, en lo que sea... me resisto pensar que nuestra Fiesta Brava desaparezca, así como así, sin son ni ton, se esfume en el tiempo y el espacio, porque a unos cuántos ilusos, “caídos del cielo a punta de piedra”, no les guste y pretendan eliminarla, como si fuesen, los que determinan nacional e universalmente, lo que debemos hacer, estudiar, convivir, disfrutar de aficiones y pasiones, que a ellos les parezca.
Da coraje, en Venezuela, sentir la indolencia taurina, ante la inminente amenaza que se cierne, ahora, con mayor ahínco, sobre nuestra Fiesta Brava. Nadie de los profesionales del toro, y que, consagrados aficionados taurinos, han alzado su voz y acción, para salir a la defensa de esta Fiesta que nos apasiona, para que se conforme una gran cruzada para contrarrestar el accionar de los que nos adversan. Todos como si nada estuviese pasando con lo taurino venezolano, y a lo mejor Dios no lo quiera, cuando reaccionen, sea demasiado tarde.
“La masa no está para bollos” en esta crisis socio económica política pandémica que afrontamos y confrontamos en nuestro país y de hecho en el mundo entero, claro estamos al respecto, pero ello no implica que “nos echemos a morir”, no trabajemos por salir adelante en crisis, no se luche por defender lo que es nuestro, como lo es, nuestra afición y pasión personal grupal, colectiva, nuestra Fiesta Brava.
Corremos o nos encaramamos, son o no son, reales y verdaderos aficionados taurinos, me niego a pensar, a resistirme, que nuestra Fiesta Brava en Venezuela, muera porque no se defienda con las fuerzas que requiere, por culpa de todos y olé.
Foto: Dibujo toro del Tío Julián Varona Castillo (+)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario