Concluye el primer trimestre del año en Venezuela, arrastrando la consabida crisis socio económica política, junto a las severas secuelas de la pandemia del coronavirus, situación compleja circunstancial que le hacen las cosas más duras y difíciles a nuestra Fiesta Brava; está contra las cuerdas, aguantando golpes parejos, que la llevarán a la muerte, y no lenta, sin pecar de extremo alarmismo, pero como dirían mis progenitores: “mijo se amarra bien los pantalones o se le caen en casa”.
Este super conocido crítico panorama que tiene por delante, no de ahora sino de años atrás, la Fiesta Brava Venezolana, me lleva a intercambiar ideas y opiniones, con mi compañero hermano colega comentarista taurino merideño, Lcdo. Víctor Eduardo Ramírez Molina, “Vitico”, quien al respecto, claro como el agua, me dice:
“La fiesta brava en Venezuela está literalmente en terapia intensiva. Entre la pandemia de covid -19 y la tremenda situación económica y social del país, tienen contra las cuerdas al toreo venezolano; sin olvidar los ataques anti taurinos y la posibilidad latente de leyes que desde el parlamento nacional, cercenen la celebración de festejos taurinos”.
Contra las cuerdas está lo taurino venezolano, mentiras no son. Mucho aspaviento entre aficionados, pero, a la fecha, aún nadie levanta la voz con fuerza, para salir en su defensa; de hecho, conocedores de las leyes que atentan contra la tauromaquia, a lo que “Vitico” agrega:
“Sin duda alguna, es un caldo de cultivo nefasto para la tauromaquia en
Venezuela; desde hace muchos años, es el país taurino más débil de todos,
con pocos festejos cada año, con toreros emigrando a otros países, ganaderos
pasando penurias y empresarios que se dedican a otras cosas para sobrevivir”.
Coincido con Víctor Ramírez, en que se anuncian algunas actividades taurinas, que con esto del repunte del contagio del coronavirus, sus variantes P.1 – P.2, las pone “en pico de zamuro”, no puedan darse, por mucho que se cumplan las normas de bioseguridad sanitaria y sobre ello, “Vitico” expresa “aunque hay festejos anunciados en algunas ciudades, lo más probable es que no se den en la fecha prevista, en el mejor de los casos, ya que la nueva ola de Covid tiene en jaque a la nación. Los ataques contra la fiesta son muy serios y cada día más organizados, por lo que los profesionales y aficionados están intentando prepararse para defender al toro bravo venezolano, sin embargo, nunca hay que perder la fe que podremos salir adelante, con raza y entrega habrá que luchar y mucho, por salvar a la tauromaquia venezolana”.
Dios quiera y permita sea así, ello dependerá de todos los aficionados taurinos venezolanos, reitero el decir de mis ancestros, “mijo se amarra bien los pantalones o se le caen en casa”, amanecerá y ya veremos, y olé, siempre por delante, en las buenas y las malas.
Foto: Dibujo del Tío Julián Varona Castillo (+)
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