Las gestiones en defensa de la tauromaquia por la AIT, pusieron al descubierto las intenciones del actual gobierno español y ahora los medios ahondan en el caso.
*** En LaRazón.es, Patricia Navarro aborda la cronología del caso Unesco-AIT, contando paso a paso el proceso de cómo el Gobierno interviene para que el sector taurino no tenga ayudas.
Lo que podía parecer una fake news, que lo ha sido: el rechazo de la Unesco a la tauromaquia ha crecido como espuma de cerveza, levantando una trama al estilo del mejor guionista. De esas que el asesino está en casa, en la oscuridad de la noche y culpando al que tiene en frente. Muy gore.
La propia Unesco aclaraba en su red social de Twitter que la tauromaquia haya sido rechazada como candidata para optar al título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La historia iba mucho más allá, además de la fuerte campaña antitaurina por denostar la fiesta de los toros y acabar con su imagen. Cosa que trabajan con buenos y visibles resultados.
El periódico El Mundo arrojaba luz sobre el entuerto abriendo una vía más enrevesada todavía que era la que pone en el disparadero de ese rechazo al propio Gobierno. Y así lo asegura William Cárdenas, el Presidente de la Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT) a LA RAZÓN, detallando cómo ha sido la historia: “Cuando empieza la pandemia y se caen todas las ferias, nos damos cuenta de que la debacle viene en cascada. Teníamos que buscar un camino, dado que no podíamos desgastarnos con el Gobierno. Ya sabemos cuál es la postura de Podemos y el PSOE con la tauromaquia, así que estudiamos la posibilidad de acudir a la Unesco con una vía excepcional”.
Tramitación en junio
Esta tramitación tuvo lugar en el mes de junio. Al poco de salir de los tiempos de confinamiento y en plena suspensión de las ferias. “Lo hicimos a través de los mecanismos necesarios, no por los formales del Estado, que no son los que nos corresponden. La Unesco atendió nuestra petición y ese mecanismo obliga a hacer una consulta al Gobierno en cuestión”.
Consulta al Estado: 11 de septiembre
Y en esta parte del proceso, en principio protocolario, es donde vienen todas las grietas: “En esa consulta, que se hace el 11 de septiembre, hay una parte que es muy positiva para nosotros, ya que para justificar la buena salud de la tauromaquia se reconoce el blindaje que tiene, que es nuestro patrimonio, las leyes que las protegen, amplía el sentido de la tauromaquia no solo a las corridas de toros sino a todos los festejos populares, dice el embajador que los profesionales forman parte de la industria cultural, es decir, se les reconoce. Y eso con todas las cosas que están pasando en la realidad es todo un éxito. Ese documento tiene valor ante los organismos”, reconoce Cárdenas.
Lo curioso y que da giro a toda esta historia, es que ese escrito acaba con datos sobre toda la supuesta inversión que recibe la tauromaquia. Es tan irreal como sonadas las polémicas constantes por cómo está de devastado el campo o el abandono que han sufrido los profesionales, que no han sido reconocidos por el SEPE como profesionales de la industria. Acaba el escrito del embajador que representa a España, según cuenta William Cárdenas, “diciendo que la situación que alegamos por parte de la Asociación Internacional de Tauromaquia grave y de extrema urgencia no es así, que el Gobierno de España ha dictado medidas para el sector y que por tal motivo se opone a que otorguen medidas de salvaguarda a la tauromaquia”.
Un bombazo coincidiendo con el momento de abandono absoluto a un sector estacional, que comenzaba a facturar en el mes de marzo, justo cuando comenzó la pandemia. A un sector que se ha quedado con el campo devastado y unos costos elevadísimos. Y una realidad/verdad por encima de todas que es la que viven las familias: sin ayudas.
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