Ganadero Juan Campolargo (+) una lamentable pérdida por coronavirus. Foto: blog elvitoalostoros
*** Ganaderos, toreros, empresarios padecieron los estragos de esta terrible situación.
La temporada 2020 ha sido sin duda la más difícil de todas no solo para Venezuela sino para el resto de países taurinos. La pandemia del covid ha sido un huracán que ha arrasado no solo la campaña taurina, sino que ha destapado todos los males que aquejan a la tauromaquia. Una a una fueron cancelando fechas, ferias y festejos en todas las naciones, afectando tremendamente a todos los protagonistas de la fiesta.
Ganaderos, toreros, empresarios padecieron los estragos de esta terrible situación. Las ganaderías de bravo están al borde de la quiebra, los toreros (sobre todo los modestos y cuadrillas) casi sin tener de qué vivir y los empresarios, cancelando fechas ante la cornada artera del virus, que prácticamente se "cargó" el año taurino.
Venezuela, sin duda, ya venía acusando los estragos de la situación económica, que incide en los poquísimos festejos mayores celebrados este año (la estadística más pobre de los últimos años) por lo que se puede calificar de caótica la temporada.
Mientras el mundo reza porque las vacunas sean efectivas para recuperar paso a paso la normalidad, Venezuela se debate entre dos aguas: la situación país y el virus, por lo que la tauromaquia nacional enfrenta, ciertamente, su prueba más dura, una prueba, digámoslo con todas las letras, de auténtica supervivencia.
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