Charlatanes de oficio, que han trabajado a gusto, de nuestra Fiesta Brava, ahora, haciendo uso de los medios, la atacan y critican. Dibujo de Julián Varona
En estos tiempos crudos, difíciles, crueles para la Fiesta Brava Venezolana, de capa caída, en agonía,... ...producto de la crisis coyuntural socio económica política que se viene arrastrando, afrontando y confrontando desde años atrás, empeoran más su situación, le hacen más daño, la cuerdita de personajes que hablan de más, exageran y de paso, han vivido y convivido de ella, ahora la deshuesan en su ya rayado parafraseo de baja categoría profesional.
Son los propios hablachentos taurinos, charlatanes de oficio, que han disfrutado y gozado, trabajado a gusto, de nuestra Fiesta Brava y ahora, cuando tienen la oportunidad, haciendo uso de los medios de comunicación social, sea radio, prensa, la atacan, critican, le ven todo mal, despotrican de las autoridades taurinas, profesionales del toro y de remate, se consideran la última Coca Cola del desierto.
Imposible negar que la Fiesta Brava en Venezuela, no anda bien, no está en sus mejores momentos, está prácticamente por el piso y no caigo en la exageración, como lo hacen los hablachentos taurinos, personajes que le hacen más daño que el propio coronavirus, manipuladores que, en estos tiempos de crisis, son “más dañinos que picada de culebra” dirían mis difuntos padres; y pues nada, han de morir por su propia lengua; además duela a quien le duela y “al que le caiga el guante que se lo plante”, a más ver, con Dios y olé.
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