16/2/16

Colombia: Responsabilidad y equidad en la información piden los aficionados

"Suerte de varas", de Eugenio Lucas Villamil Imagen: Asotauro.com

Y quiero llamar la atención sobre la opinión, que además de subjetiva, afirma implícitamente algunas cosas que no son ciertas y que en honor a la verdad deben ser aclaradas.

Por Alejandro Usma Díaz - Asotauro - 16 Febrero 2016.

Reproducimos la carta que el aficionado y miembro de Asotauro Alejandro Usma hace llegar al defensor del lector del periódico El Colombiano, en respuesta a una opinión publicada en dicho diario el día martes 16/02/2016, en la sección "Lo que faltaba".


Respetado Víctor León,

Reciba un cordial saludo.


Al sentarme esta mañana como cada día a leer El Colombiano, me sorprende y no muy gratamente esta opinión en la sección "lo que faltaba":

NO MÁS SUFRIMIENTO ANIMAL EN LA FIESTA BRAVA
En la Plaza de Toros La Macarena, que languidecía por la falta de público, en la faena del pasado viernes, a la muerte programada de los toros se sumó la de uno de los caballos que montaba el picador. El animal fue corneado por el toro cuando era herido con la puya, para probar su “bravura”. Dicen los defensores de la fiesta brava que el caballo fue asistido por cinco veterinarios, que no lograron salvarlo porque su suerte estaba echada. Este nuevo acto, que motivó, en las redes sociales toda suerte de reacciones contra las corridas de toros, debe llamar a la reflexión a quienes insisten en ellas.


Y quiero llamar la atención sobre la opinión, que además de subjetiva, afirma implícitamente algunas cosas que no son ciertas y que en honor a la verdad deben ser aclaradas:

1. "Languidecía por la falta de público", refiriéndose a la cantidad de aficionados presentes en los tendidos de la plaza. ¿Languidecía a juicio de quién? ¿Qué es languidecer? Entonces, ¿Puedo yo afirmar que el Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez "languidece por falta de público" porque no llena su aforo en una temporada de música clásica? ¿O que la fe católica está "languideciendo" porque no se llenan los templos los domingos? ¿O que "languidece" el ánimo deportivo, porque el Atanasio no se vea lleno para un partido? No señor, repito: ¿A juicio de quién se afirma que la presencia de nosotros los aficionados, muy a pesar de no colmar la capacidad total de la plaza, puede compararse con un "languidecimiento"? El espectáculo taurino, como todo lo que es arte y cultura, no está hecho para todo el mundo. Hay gente que ignora los valores supremos y universales que subsisten en el rito taurino, y esos no van a la plaza. Que no se llene la Macarena no es en lo absoluto indicador de que la Fiesta Brava esté languideciendo. Exijo llamar la atención al autor de la opinión entonces sobre este yerro, porque constituye una mentira, con la cual de hecho se hace propaganda antitaurina.

2. "A la muerte programada de los toros, se sumó la de uno de los caballos". Vil mentira, es una calumnia. En ninguno de los tres tercios que componen la lidia de un toro se "programa" jamás la muerte de un caballo, como tampoco se programa la de un ser humano por el solo hecho de salir de la casa frente a la posibilidad de que ocurra un accidente. Los accidentes son eso, accidentes, y afirmar de ese modo que se programó la muerte de un caballo es una grave acusación en contra de la Fiesta. De hecho, tampoco se puede hablar de "programar la muerte de los toros", porque a los toros se les lidia, y en general lo más natural es que la lidie termine con su muerte ritual en el ruedo, pero siempre cabe la posibilidad del indulto, así que no está nunca programada la muerte de ningún toro en el ruedo, y muchísimo menos la de los caballos de varas. Otra vil mentira, otra acusación calumniosa.

3. "Dicen los defensores de la Fiesta brava que el caballo fue asistido por cinco veterinarios"... ¿Dicen? Implícitamente se trata de un poner en tela de juicio y en duda la palabra de una multitud de personas que presenciamos la preocupación que cundió en la plaza por el incidente del caballo, y la inmediata acción de los veterinarios y de los mismos toreros, monosabios y gente del callejón que acudió prontamente a ayudar a una solución. O sea, se afirman sandeces en los renglones anteriores que se dan por ciertas, pero ¿Se pone en duda cuando afirmamos lo que sucedió para ayudar al animal herido? ¡Qué desfachatez!

4. "Este nuevo acto... debe llamar a la reflexión a quienes insisten en ellas" (las corridas de toros): De nuevo mentiras. ¿Cuál acto? ¿El accidente? ¿Y desde cuándo un accidente es un acto intencionado o planeado? Ya lo expuse arriba. Y, ¿A qué se referirá el autor de ese comentario cuando habla de llamar a la reflexión a los que "insisten" en las corridas de toros? Es que los taurinos no insistimos en las corridas; los taurinos PARTICIPAMOS de un legítimo derecho, consagrado y protegido por la Ley en Colombia, que es el del espectáculo taurino. Qué lenguaje tan desobligante, tan sesgado, tan subjetivo y tan malintencionado. ¿Reflexionar sobre qué? Vuelvo, una vez más, sobre el asunto del accidente. ¿Qué reflexión podría uno hacer si va caminando por la calle y se cae? ¿No caminar nunca más?

Señor defensor del lector: con respeto, pero con firmeza, a nombre propio y a nombre de los aficionados taurinos, que somos en general gente culta y educada, exijo a El Colombiano, casa periodística muy querida por nosotros desde siempre, una explicación o la aclaración a este comentario tan desfasado. Si bien es cierto que puede darse participación a la ciudadanía con este tipo de comentarios, entonces no puede ser menos cierto que El Colombiano asuma una cierta responsabilidad en aquello que autoriza se publique en las páginas de su diario, y de otro lado, en justicia y equidad, también debe darse ocasión para que los aficionados taurinos podamos exponer en esas mismas páginas nuestras opiniones.

De usted atentamente,

Alejandro Usma Díaz.

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