29/6/25

A 26 años de la tragedia: Hugo José Molina sigue con la misma ilusión de vida

(I-D) Hugo José con Hugo Alberto y Hugo Domingo Molina clan ganadero. Foto: Federico Montes


por: Jesús Ramírez "El Tato"


Veintiséis años se cumplen de la trágica tarde en Aldea del Fresno, a 40 kilómetros de Madrid, cuando el novillero Hugo José Molina resultó corneado por un novillo de Pablo Mayoral, día que cumplía la décimo tercera novillada con picadores de la temporada de 1999.

Esa tarde, David Cortijo, primer espada, despachó su lote con ovación y oreja y el sexto causante de la tragedia. El otro alternante, Julio Pedro Saavedra obtuvo trío de apéndices.

Hugo José con el tercero engranó muletazos con ambas manos en labor de entrega, atizando espadazo fulminante para recibir dos orejas.

En el último de la tarde tras los primeros muletazos, dió la espalda al oponente en señal de adorno y resultó prendido peligrosamente.  Cayó de cabeza contra la arena: traumatismos craneoencefálicos, rotura de la primera y segunda vértebra, según el parte de la doctora María Ángeles Pérez. 

Largas horas que se hacían siglos de angustia con su hermano Hugo Alberto, sin desprenderse, esperando al patriarca para trasladarse al Memorial Hospital de Miami.

Ratificado el fuerte dictamen nada alentador, operaciones, traqueotomía y más quirófanos. Meses de rehabilitación, valor y entereza de Hugo José con la fuerza y fé que transmitían en el hospital sus padres Lucila y Hugo y todos sus hermanos, en continúa oración y devoción a la Virgen de la Consolación de Tàriba. La última operación con el doctor Green daba importantes señales. 

En Venezuela continuó las terapias Hugo José, consciente ya de lo que vendría y que nada sería igual, pero el milagro se había realizado, "El morocho" daba sus primeros pasos.

Hoy, 26 años después, Hugo José Molina camina con andaderas, atrás había quedado el sueño de ser torero, pero se fortaleció con el apoyo y cariño familiar, la vocación heredada de ganadero, y ahora con sus hermanas y hermanos no abandona el frío de La Grita donde los astados de los tres hierros de la familia Molina copan el campo bravo con la bravura y nobleza que exhiben en nuestras plazas de toros. 

Hugo José Molina novillero, ganadero y por encima de todo aficionado, es ejemplo de tesón, voluntad, fé y resiliencia en el mundo taurino.


Última tarde de Hugo José en el Nuevo Circo de Caracas. Foto: Raúl Gordon

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