Cuatro años se cumplen hoy de la desaparición física del licenciado Hugo Domingo Molina, ejemplo de tesón, constancia e indobegable amor por su terruño, dejando el legado de las Ferias de San Sebastián y la plaza monumental que hoy lleva su nombre, gracias a su empuje visionario que transformaron la ciudad de las calles empinadas.
Está también el legado de tres ganaderías de reses de lidia que abrieron camino para el desarrollo sin egoísmos de más ganaderías venezolanas.
Su nombre y ejemplo digno, actualmente lo lleva adelante su familia con renovados éxitos ganaderos y su nieto Hugo José, pilar de unión que fortalece el mito consagratorio del torero de la familia que no pudo ser lamentablemente "El Morocho".
Hoy lo recordamos con la nostalgia de su ausencia física y con la alegría de su felíz transitar por la vida.
En su memoria, se oficiará hoy una Santa Misa en la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación de Tàriba a las 6 de la tarde.
No anexo foto del rostro indiano de Hugo Domingo, dejo ésta foto de su nieto Hugo José Valero Molina que sin abandonar estudios, se mete en el campo bravo como ganadero forjando además el sueño del abuelo, de un matador de toros en la familia. El tiempo y Díos lo dirán.
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