Ha sido temerosa la vuelta a los ruedos de la tauromaquia venezolana. En la feria de San Sebastián, en San Cristóbal, reducida la temporada a tres festejos animada con un triunfo importante de una ganadería que ha sido considerada ajena a los hierros tradicionales: Herederos de Juan Campolargo.
Éxito en competencia con dos encopetadas divisas: Los Aránguez y Hugo Domingo Molina.
Como si un indulto, el triunfo de Emilio de Justo y su salida a hombros con el torero esperanza de la fiesta en Venezuela, Jesús Enrique Colombo, no bastaran.
Ahora Campolargo se atreve ir más allá de la fiesta que amuralla las plazas tradicionales y logra que en Valle de la Pascua, corazón del llano, sabana adentro en la pampa venezolana, alcanza el éxito promisorio: rescatar una plaza casi abandonada, la Plaza de toros Erico Finelli –homenaje a un italiano inmigrante que se enamoró del pueblo y de sus toros-, con una entrada rebosante que tuvo resultados incendiarios: un toro indultado, tres toros de vuelta al ruedo, y tres toreros a hombros por las calles de una ciudad incendiada por la pasión, la que hasta un par de horas antes dormía la siesta de la ciudad fantasma.
Todo provocado por las cuatro faenas a cuatro toros bravos premiadas con ocho orejas y un indulto, que convirtieron a La Pascua que celebraba el día de su patrona La Candelaria estimulado y rebosante gracias al inesperado resultado de una tarde no anunciada, que ha de marcar camino en estos primeros pasos de la fiesta de una villa enclaustrada por la pandemia.
Lo logrado en La Pascua, y también en San Cristóbal, es como si desempañáramos el sucio cristal que impide animarnos con el futuro taurino venezolano.
El anuncio de la reaparición de un torero importante para los venezolanos, Leonardo Benítez, anunciado con los toros de Campolargo en competencia con el colombiano Luis Bolívar, exitoso ante los toros de Victorino en Cali , convierten este aviso en fresca brisa que hincha el velamen de la travesía, y aviva una temporada que recién comienza con propósitos de alcanzar metas de resembrar la fiesta, animar sus protagonistas, y volver a lo que fue.
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