Tal y como lo ha advertido el periodista José Carlos Arévalo, “La Tauromaquia está en tela de juicio” un juicio en el que los anti taurinos son los fiscales, los testigos, y jueces en un proceso que tiene por meta la desaparición de la Tauromaquia, y como consecuencia la extinción de la especie del Toro de Lidia.
Tenemos el caso de España, que con más de 16 millones de espectadores que cada año asisten a los toros, son amenazados en una consulta por 140 mil votos en contra de la fiesta brava a través de medios solicitan eliminar el programa Tendido Cero en Televisión Española… Ya lo lograron con la transmisión de las Corridas de Toros y eliminando la información taurina en los noticiarios.
También en Venezuela, la Tauromaquia está en tela de juicio; pero el juez que pretende llevar a cabo este juicio, es un ciudadano que ha sido impuesto a dedo para que ejerza el cargo de Fiscal General.
Acción típica del totalitarismo.
El Fiscal está allí por voluntad de una entelequia calificada como Constituyente, pero que simplemente es una reunión de personas, elegidas a dedo, con la misión de borrar la Tauromaquia sin ampararse en fundamentos constitucionales a espaldas de la voluntad democrática de la nación venezolana.
Hemos de tener en cuenta que la Tauromaquia acompaña a la nación venezolana desde mucho antes de existir como Venezuela… Desde que en el Siglo XV, Cubagua 1527, años antes que naciera el primero de los venezolanos en tierra firme. Suelo que por más de 500 años ha hecho suyo el derecho a disfrutar, desarrollar y gozar de los argumentos que explican la vigencia de la Fiesta de los Toros en la nación.
Hablamos de un patrimonio cultural de los venezolanos que ha sido demostrado en foros internacionales por nuestro compañero de tendido, el eminente doctor François Zumbielh, que ha demostrado en su infatigable trabajo de investigación que la tauromaquia es un patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad y porque en Venezuela cumple sobradamente todos los requisitos exigidos por la Unesco.
Si repasáramos lo exigido por la Unesco, lo encontraremos en manifestaciones culturales venezolanas que representan los requisitos: Identificación del hecho taurino; Denominación e Indexación; Localización;
¿Cómo se identifica un hecho taurino? Se preguntarán ustedes: Se trata de un juego de destreza del hombre con un toro, evitando su agresión: corriéndolo, cuarteándolo, toreándolo.
Este juego tiene origen religioso, más tarde fue convertido en deporte urbano, y en la actualidad es un espectáculo que se realiza en recintos acondicionados para su ejercicio que se conocen como corridas de toros, espectáculo que como evento tiene un final que es la suerte suprema, la muerte del toro… y puede ser la muerte del torero.
¿Qué significado tiene la lucha del hombre con el toro?
Tauromaquia en la nominación válida para designar toda clase de juegos taurinos, pero en la corrida de toros significa “ el arte de lidiar toros”.
La interrelación cultural se puede constatar desde el arte rupestre en la prehistoria, los documentos medievales, los romances y la poesía en el teatro clásico del siglo de oro español La pintura, el grabado, la literatura, la música, el teatro y la danza. Todas las artes se han inspirado en la Tauromaquia.
Esta Fiesta de Toros que conocemos es la misma que desciende del torneo de los juegos de cañas y las capeas rurales de la España de los siglos XVI y XVIII que en su paso por el siglo XIX dio origen a la lidia del toro: Arte escénico, que como argumenta el maestro José Carlos Arévalo:
“contiene tres discursos:
a.- etológico, que se refiere el comportamiento humano y animal que indaga sobre la bravura;
b.- dramatúrgico, el combate del héroe;
c.- y el artístico, la belleza coreográfica.
Es una fiesta y un rito, es un íntimo espectáculo de masas conocido como “ la corrida de toros”.
Un rito enraizado en los pueblos que lo practican.
Y los venezolanos practicamos desde hace siglos este rito y, como ciudadanos que creemos en nuestra cultura, estamos obligados a defendernos en este juicio amañado, traicionero, inconstitucional , apoyado en herramientas nada democráticas que surgen de la sociedad creada por régimen usurpador.
Quienes se oponen a que exista en Venezuela y en el mundo la tauromaquia, violan los derechos de los ciudadanos, pretenden imponer en sus argumentos defendiéndolos en un tablero inclinado con arbitrarios movimientos de las piezas sin importarles lo que para poder tener derechos hay que tener y cumplir con obligaciones.
El anti taurino es un ajuste de cuentas con muchas banderas; Xenofobia, Ignorancia, Competencia económica, Asuntos políticos y religiosos.
Desistir sería una acción de degradación, de temor a decir en público lo que en realidad creemos, como ocurre con algunos profesionales que luego de fracasar como toreros nos hemos enterado que ahora dicen haber evolucionado y que están en contra del sufrimiento animal.
Los hombres y las mujeres .... Somos animales sociales, en tanto que nos agrupamos en familias, comunidades y Estados, y además somos seres que hablamos.
Para defebdernos de los enemigos, los taurinos debemos hablar, comunicarnos, formar grupos y educarnos en tauromaquia.
Los toreros en Venezuela, lo mismo que los ganaderos y los aficionados a los toros no nos reunimos, es decir que estamos a merced del enemigo como ocurre con los transfugas del toreo que por razones políticas, motivos carentes de valores, han creado el transfuguismo que comienza a estar de moda en Venezuela … donde no vale la pena luchar.
El Toro, el Toro de lidia, es el individuo más importante de la tauromaquia. Sin el toro no existiría la Tauromaquia.
Sin embargo en Venezuela, donde llegó a tener 26 ganaderías inscritas la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, hoy no llega a la media docena de hierros dispuestos a nutrir con sus toros la escuálida temporada taurina venezolana.
No existe la Asociación de Ganaderos, y sin gremio no habrá quien defienda al toro.
La anarquía se nutrirá de ignorancia e improvisación, echando por la borda más de cinco siglos de evolución en el animal más hermoso, el toro de lidia desde sus orígenes en Ur, la ciudad de Caldea, la cuna de Abraham, el patriarca de los conquistadores de la Mesopotamia que convirtieron al toro en símbolo y expresión de Libertad.
Me pregunto, nos preguntamos, ¿por qué el toro, que se da nomalmente en la naturaleza, desde aquellos tiempos que se convirtió en ídolo viviente de los sumerios en Caldea, desaparece de todas partes del mundo menos de España?
El toro, bestia salvaje, se convierte en ganado.
El hombre, ya no le caza.Organiza su crianza.
La ganadería brava nace.
Los árabes llegan a España, con Tarick a la cabeza. Con Tarick, escuchan bien, no Tarek. ¡Por favor! … Tarick venció a don Rodrigo, el rey godo diez siglos antes que aparezca el toreo a pie, cuando don Pelayo derrota a los árabes en el rincón de Asturias conocido como de Covadonga. México le honra en la memoria con la tradicional Corrida de Covadonga entre sus fechas más tradicionales.
Los árabes fueron detenidos en Francia por Carlos Martel, que lo hizo derrotándolos en la batalla de Poitiers; pero los árabes fueron detendios, más no vencidos, y se quedan en España. Ocho siglos de guerra. La caballería es el arma fundamental, la que por razones militares y deportivas crean los torneos de alanciamiento.
Vislumbrado Fernando Villalón escribe sobre estas realidades en su libro: Taurofilia racial; “… se cultivaba la fiesta de los toros para entrenamiento para la guerra”
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El toro desaparecía en Europa, el toro fomenta la guerra y la guerra fomenta al toro. Expulsados los moros termina el drama de la Reconquista, pero quedan dos muertos en pie: la aristocracia y la caballería.
En menos de un siglo se extingue el caballero, como personaje histórico… Aparece el hidalgo menesteroso “con cien blasones y ningún maravedí.” Nace el torero, cuando surgen los lances de capa, la leyenda negra y las corridas de toros.
La histótica situación la resume Pepe Alameda en cuatro lineas: “El pueblo francés levanta cadalsos. El pueblo español plazas de toros”. El Estado en Francia le quita la cabeza y la tierra a los aristócratas. Los chulos en España le quitan a los duques sus duquesas… Agrega el maestro Alameda que había que tener cuidado con Madrid, porque cuando Madrid deja el organillo toma el cañón.
Se refería Pepe Alameda a Goya , de quien hace un apute describiéndole: “…tenía una cabeza poderosa, como la de Beethoven, y se quedó sordo como Beethoven”, Goya llevó al mediodía de sus cuadros a los grandes primitivos:Pedro Romero y Costillares.
Y con su Tauromaquia Goya dejó testimonio de que en el toreo es la crónica gráfica, la eseña que precede a la escrita.
En Venezuela fuimos fuertes mientras hubo fortaleza gremial en la Asociación de Criadores de Toros de Lidia… hoy, bajamos la guardia y nos entregamos al transfuguismo.
Existe el torero, porque existe el toro de lidia.
El torero vive en permanente evolución profesional, gracias a la evolución del toro y de los conceptos técnicos y artísticos de la lidia. El torero a medida que crece en tiempo y espacio nutre de esplendor y arte su expresión, en Venezuela crece sin la constitución gremial.
Aunque hay antecedentes de la Tauromaquia venezolana desde los días de la Colonia y más fuertes aún cuando se luchaba por la Independencia. Antecedentes de Escuelas Taurinas a finales del Siglo XIX en las Corralejas del Matadero Municipal de San Martín, Caracas primero, y más tarde en el Circo Metropolitano.
En el Matadero de San Martin y en el circo Metropolitano nacieron las figuras del toreo Eleazar Sananes “Rubito” y Julio Mendoza.
El Nuevo Circo de Caracas, la plaza más importante en la historia de Venezuela, fue promotora de la Tauromaquia Nacional. Creció como la plaza de toros de Caracas, y con su desarrollo crecieron ganaderías y los toreros que heredaron de los españoles las Uniones gemiales de matadores, picadores y banderillleros. Los toreros unidos fueron defensores a ultranza de la fiesta de los toros: a imagen y semejanza de los sindicatos españoles y mexicanos.
Mientras existieron las asociaciones gremiales de los profesionales hubo unidad y respeto. Hoy no existe un gremio de toreros que se haga respetar. Hasta hace poco sus líderes actuaban como los antiguos colectores de los autobuses de las carreteras de Venezuela, cobraban y se daban el cambio.
Hoy el líder de los toreros, Paco Varela, viola todos y cada uno de los artículos del Reglamento Taurino vigente en los diversos municipios, donde existen las ordenanzas y se supone sean observadas y seguidas por la comisiones taurinas municipales. Se cumple aquella profesía de Ángel Escobar, “Bola de Nieve”, una realidad que desnuda a la autoridad taurina venezolana: “Son barcos sin rumbo”, como comentaba el Negro siendo Mozo de Espadas de los Girón
Como no existe unidad entre los ganaderos, tampoco de los toreros y mucho menos unidad de criterio entre los miembros de las autoridades taurinas venezolanas, tampoco hay unidad entre los aficionados.
Hubo una época cuando se vivía con intensidad la Fiesta de los Toros en Venezuela, cuando los aficionados se reunían en peñas, creando un muro defensor:
Los Curracos, La Giralda, Caracas, La Girondina, Los Cortijos… son algunos de los nobres que me vienen la memoria: igual que los sitios de reunión como Las Cancelas, La Pilarica, Los Cuchilleros, Salamanca, Maitena, El Chino de Cádiz… etc
Las peñas, los restaurantes y cevecerías, eran puntos de venta para las entradas en Caracas y de promoción de noticias y toreros en la ciudad.
En Valencia como en Maracay cundían las peñas, hubo competecia entre buenos y entendidos aficionados organizados por taurinos de avanzada como César Dao, Díaz Carabaño y Simón Infante.
Importates convenciones y reuniones como las universidades: La Universidad de Los Andes en Mérida entre sus promotores el doctor Fortunato González.La Universidad Central y su Cátedra Taurina, con seminarios en la Esula de Comunicación Social al frente Carlos Pérez , hijo de Omar Pérez .
La Universidad Central siempre estuvo representada en la Tauromaquia: en festivales organizados por los estudiantes, por lo menos uno o dos al año en el Vuevo Circo.
La Universidad Central organizór y promovió la Feria de Caracas de 1965. Evento que recuerda Alfredo Anzola como su primera corrida como aficionado taurino descubriendo a Gregorio Sánchez encompetenia con Curro Girón. La pareja que aquel año fue la puntera de España, superando dominguines, bienvenidas, ordoñez y otros grandes toreros.
Los estudiantes universitarios se apoyaron en Julio García Vallenilla y Sebastián González quienes fueron los responsables de la parte económica, contratación de toros y toreros del Abono del Nuevo Circo.
Mérida fue mucho más allá, se comprometió en la construcción de la Monumental Román Eduardo Sandia, escenario que competiría en el futuro con ñas arenas más importantes de Sudamérica.
La Bicentenaria de Aragua, la Universidad del Táchira… Las peñas taurinas de Caracas, Valencia, Barquisimeto, Mérida, San Cristóbal, Tovar y Maracaibo unidas llegaron a tener la fortaleza unitaria de una piña ante los atropellos empresariales, desmanes de las autoridades y exigencias a las empresas taurinas.
Hoy nada esto existe y, por el contrario, se impone la acción extravagante y atrabiliaria de la mano del poder usurpador, para ir en cota de la Fiesta de los Toros en Venezuela.
Concluye su ensayo La Tauromaquia en tela de juicio José Carlos Arévalo, y dice:
De la peligrosa persecución emprendida contra la tauromaquia por el movimiento animalista, no muy numerosos pero bien organizado, y de la discriminación informativa a la que someten los medios de comunicación, se han salvado festejos populares en el agro. Por una sola razón, su marginalidad. En el mundo rural, inexistente para dichos medios de cominicación, los toros, y los hombres mantienen la misma relación que hace miles de años, la fiesta la sostienen orgaizaciones comunales, los vecinos compran los toros, los mozos juegan con ellos, y los mayores asisten a los festejos en las calles o en las plazas mayores. Incluso en épocas de depresión económca, como durante la crisis, los festjos populares se han engrandecido y ahora son imprescindibles para el sostén de muchas ganaderías.
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