9/6/20

Mirabal: El alfil negro del ajedrez taurino nacional

Foto Archivo: Comana

Por: Carlos Alexis Rivera
Desde que empecé a ver toros, hace ya muchos años, pues estaba muy muchacho, siempre me llamó la atención la laboriosa actividad de esas personas que corren en el callejón de un lado al otro, siempre atentos a la ubicación del torero, para asistirlos durante la lidia, entregándoles la muleta, las banderillas, estoques y hasta para refrescarlos cuando estos así lo requieren.

Estamos hablando de los incansables mozos de espadas, pues ellos además de hacer todo esto en el ruedo, visten a los toreros, les atienden en sus necesidades más elementales en el tiempo que dure la corrida, les limpian los capotes y muletas, están pendientes de sus trajes, en fin son innumerables sus labores tanto dentro como fuera del ruedo. 

En ese afán de conocer sobre su trabajo, y ya entrado un poco más en este fascinante y hechizador mundo de la tauromaquia, entablé conversación con uno de los más emblemáticos mozos de espadas de Venezuela, el negro Eduardo Mirabal, un caballero que desde me conozco está metido en esto del mundo del toro en Venezuela y ha recorrido también España, la meca del toreo. 

No es difícil entablar conversación con este espigado caballero taurino, cada cosa que dice está llena de historia, su memoria es un prodigio, recuerda sus comienzos como novillero, sus andanzas en Curazao cuando hizo temporada en esta tierra insular francesa en tierras caribeñas, y de cómo pasó al terreno de los mozos de espada, impulsado por sus amigos, pues según ellos, este nuevo oficio sería mucho más rentable; y a lo mejor no lo ha sido, pero con toda seguridad si ha sido muy reconfortante para él y para muchos que realizan esta noble tarea. 

Sin tapujos nos contó que fue el mozo de espadas del maestro español Tomás Campuzano, con quien estuvo por más de 20 años recorriendo todas las plazas del país;; de su paso al lado de los Girón y por supuesto la satisfacción que siente al estar ahora al lado de las nuevas promesas del toreo venezolano y de otros toreros españoles que requieren de sus servicios, pues conocen de su alto nivel de profesionalismo y entrega o viceversa.
  
“Todos los toreros tienen su carácter, lo más importante es hacer las cosas bien, para que ellos queden contentos con el trabajo”, y remató la faena de la entrevista con un espadazo hasta la cinta, haciendo rodar sin puntilla al toro que estaba lidiando con un lapidario “hasta que Dios me tenga con vida y me de fuerzas yo estaré haciendo de mozo de espadas en el callejón de cualquier plaza de Venezuela”.

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