18/3/20

Todos heridos y ninguno muerto

Editorial sobre las consecuencias del coronavirus en la economía taurina. Foto: mundotoro

tomado de: mundotoro - por: Carlos Ruiz V.

No todo está perdido. La temporada taurina española y la americana podría celebrar la mayor parte de sus festejos, dependiendo del escenario de la pandemia del coronavirus. Teniendo en cuenta las previsiones de los científicos, y las fases sanitarias frente al drama y la necesidad de salvar todo lo posible del 12% del PIB de España que viene del sector turismo, la temporada española podría comenzar en verano.

Dentro del drama, una visión positiva nos llega del “traslado” que las ciudades están haciendo de sus fiestas. Desplazar Magdalena, Fallas, la propia Feria de Abril a la segunda mitad de septiembre… indica que se podrá recuperar parte de lo perdido y quizá hasta gran parte. No se trata ahora de elegir sino de intentar hacer compatible un calendario de ferias “desplazadas” con las ferias que se puedan anunciar en sus fechas de siempre. ¿Se puede hacer?

Ante un estado de emergencia, la respuesta es si. Y no sólo se puede sino que es nuestra obligación. La única forma de que empresarios, toreros, ganaderos y hasta las administraciones públicas no lleguen al punto de quiebra, es dando corridas de toros. A todos les interesa. ¿Con qué contamos de ventaja y qué tenemos en contra?

A favor, el público de toros y los aficionados. El hambre de calle, de movimientos y de sonrisa y el hambre de toros que surgirá después de este drama. En contra, esa misma hambre con menos dinero en el bolsillo. Se trata entonces de cuadrar ambas cosas de forma excepcional. De momento este año y ya se analizará el año siguiente. Pero no es imposible. Lo razonable sería actuar con la positividad obligada y el sacrificio de todos. No se trata de salvar una feria, sino de salvar la Fiesta. Por primera vez nos encontramos frente a un panorama que requiere la unidad, el diálogo y el trabajo de TODOS en conjunto.

.-Haciendo varios calendarios y escenarios posibles desde una fecha, julio, por ejemplo. Varios calendarios en progresión hacia el final del calendario y en esos escenarios “montar” los calendarios posibles de los festejos que cumplen con su fecha tradicional y los retrasados o aplazados.

.-Haciendo compatible los movimientos y contrataciones de los toreros para que puedan acudir a las plazas en donde se les contrate. Para ello es necesario hacer previsiones de esos calendarios posibles. No hace tanto, las figuras toreaban mas de cien tardes. Gallito lo hizo viajando en trenes de humo. Se puede hacer si hay coordinación y voluntad.

.-Manteniendo la idea y el refrán popular de “todos heridos, pero ninguno muerto”. Se debería abandonar la idea del honorario en el escenario anterior a este drama. Todos. A grandes males, remedios coherentes: el dinero que hay en taquilla es el que va a marcar los honorarios después de los gastos. No puede ser de otra manera, sobre todo en las ferias “desplazadas” en las que no se sabe cómo va a reaccionar el público.

.-Las propiedades de las plazas, públicas y privadas que no estén en manos del sector, tienen que rebajar, devolver o incluso aplicar un canon cero. ¿Pueden hacerlo? No. Deben de hacerlo. Y para lograr esa medida hay que trabajar juntos toreros, empresarios, ganaderos, prensa y opinión pública. Con presión y con razón no les quedará más remedio. Y el canon o renta ha de ser revisado a la baja no sólo para este año, sino, al menos, para los tres siguientes. Ponemos dos ejemplos. Madrid no puede seguir con el canon actual ni en la mente más turbia. Sevilla, propiedad privada, no puede quedarse con el dinero que se queda antes de impuestos ni en la mente mas usurera. Y este trabajo hacia las propiedades lo hemos de hacer todos. Si es necesario señalar con el dedo nombre y apellidos, es el momento de hacerlo,

.-¿Cómo estará el bolsillo del cliente al final de este desastre?. En las peores condiciones de la historia de este país. Po esta razón, tomar medidas a la baja sobre el precio de las entradas es absolutamente necesario. Hay que ayudar al bolsillo del que quiere ir a los toros. Un año sin beneficios, un año de empate o un año de pérdidas sería una inversión para los siguientes. En esta dirección, las medidas económicas que el Gobierno apruebe, deben de ser también medidas de ayuda para el toreo.

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