* El torero venezolano iniciará su cuarta temporada en cosos incaicos
por: Jesús Ramírez "El Tato"
El pasado viernes 22 regresó a Perú el joven matador de toros aragüeño Edgar Antonio, luego de pasar unos días en su país, aprovechando el pasaje que tenía por su actuación en la lamentablemente suspendida Feria del Sol en Mérida 2019.
A pesar de no poder ceñirse el traje de luces como era el objetivo del viaje, el joven espada criollo refleja el optimismo en torno al futuro de las ferias en nuestro país, donde su nombre de torero valiente tiene bien ganado puesto gracias a su denodada lucha en plazas peruanas desde hace tres años.
Recordamos que Edgar Antonio recibió la alternativa en la maestranza "César Girón" de Maracay el 20 de marzo de 2016 saliendo a hombros del histórico coso con Erick Cortéz y Manuel Escribano. Inmediatamente buscando abrirse camino, viajó a Perú, donde ha venido sumando desde entonces, actuaciones y éxitos logrando hacerse de un buen nombre profesional a base de esfuerzos, luchas y triunfos.
El joven espada aragüeño aprovechó su estadía breve en suelo patrio, para visitar las ganaderías "Los Ramírez", así como "Laguna Blanca", donde se sintió a gusto toreando, recreándose y matando cuatro de los toros que el ganadero yaracuyano Euclides Sánchez tenía destinados para la Feria del Sol el Lunes de Carnaval.
Toros de calidad, nos dice Edgar Antonio, con recorrido y fijeza que le valieron como invalorable entrenamiento para los compromisos que se le avecinan en cosos peruanos donde por cierto, el pasado año 2018 sumó 19 actuaciones.
Nos comenta de la desigual y dura lucha en Perú, país que le ha abierto las puertas para desarrollarse profesionalmente en plazas como Namora (Cajamarca), Huari (Huaraz), Lampa (Puno), Torokuma (Lima), Taraco (Puno), Laramonte (Ayacucho), Cacachi (Cajamarca), Coaza (Puno) y Arequipa, entre otras plazas de la amplia geografía inca donde este 2019 revalidará éxitos.
Optimista y lleno de esperanzas, Edgar Antonio emprende de nuevo el camino peruano, con la intención de pronto volver a Venezuela con su nombre inscrito en los carteles feriales del país, desde luego, en un país de libertades, esperanzas, paz y progreso.
Optimista adiós en el aeropuerto de Maiquetía.
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