24/3/19

El estoque

Estoques de toreo Foto: tienda-medieval.com

Columna: Retazos Taurinos: XLIII
por: Eduardo Soto Alvarez

RETAZOS TAURINOS LXIII

• Existe una definición del toreo, que me parece muy interesante, pues combina atinadamente técnica y arte: El dominio sobre el toro, para expresar el sentimiento espiritual del artista. Lo cual coincide, con lo que solía decir Antonio Ordóñez, que no toreaba como pensaba, sino como sentía y por eso era irregular, pues una buena faena, tiene que sentirse en el momento en que se realiza y el arte brota de dentro a fuera. Vayan por delante, las sabias palabras del recordado Maestro de Ronda, el más rutilante de su dinastía.


• El estoque simulado, no es estoque porque no sirve para herir, pero si para aliviar el peso que deben manejar los toreros con la mano derecha, pues, amén de la muleta, la espada de verdad pesa unos 600 gramos.

Parece que tuvo su origen, en una lesión que sufrió Manolete en la muñeca y el Monstruo, para no desbaratar carteles, no esperó a su total restablecimiento y comenzó a usar estoques de madera, mimetizados como el verdadero. En nuestros días, es muy raro el diestro que hace su faena con el acero y, cuando sucede, es objeto de mención especial en las reseñas.

El estoque de descabellar, lleva una cruceta a diez centímetros de la punta, para evitar que, si salta, pueda herir de gravedad, a quien encuentre en su trayectoria. La suerte del descabello, normalmente, se efectúa cerca del público, con el toro aculado en tablas y, al no acertar el golpe, la violencia de la cabezada, puede producir un desarme, la espada puede salir proyectada con fuerza y herir a alguien, con consecuencias, incluso mortales, como antes de la cruceta, aconteció alguna vez.

El modelo actual del estoque para descabellar, no fue producto del azar; en Madrid, en 1934, se hizo un concurso a tal efecto y se presentaron 46 versiones diferentes, de las cuales se desecharon 38 y las restantes, se probaron en el Matadero Municipal, por un grupo de toreros, entre los que encontraban Diego Mazquiarán “Fortuna” y Pepe Bienvenida. El escogido resultó ser el de cruceta, que se empezó a utilizar en distintas plazas, antes de su implantación estatutaria, en 1936.

El inventor del estoque ganador, era el conocido diestro madrileño Vicente Pastor, El Chico de la Blusa, amigo de Alfonso XIII, quien, al enterarse de su despedida en 1918, rompió su agenda oficial, para estar en el Palco y recibir su brindis; en retribución, El Rey le obsequió su pitillera de plata, a condición de devolvérsela, si se le ocurría regresar a los ruedos.

Eduardo Soto Alvarez

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