5/2/19

La importancia del espectador en la fiesta de los toros

En su época álgida Jesulín de Ubrique prendió la polémica cuando dijo “los aficionados caben todos en un autobús” Foto: cuencanews.es

por: Víctor Ramírez “Vitico”

La fiesta de los toros es el espectáculo más universal y variopinto que existe, pues en ella coexisten infinidad de personas que tienen un papel peculiar en el desarrollo de una tarde de toros, en la que el protagonismo principal lo ejerce una terna que se entrelaza y se une: toro, torero y público.

Cuando se toma este triángulo de dos en dos, la fiesta pierde brillo, es decir cuando toro y torero se unen, pero no la gente, cuando el público se pone a favor del toro, o cuando los espectadores celebran el toreo, pero no ven al toro.

Sin embargo, hay un protagonista al que muchas veces los aficionados miramos de soslayo, con la altivez del que conoce un tema a fondo y lo domina. Me refiero a el espectador ocasional, ese que va de paso a una corrida, o que se monta una fiesta en el tendido y anima la tarde, y casi siempre es el que en definitiva mantiene la fiesta de los toros. Y no es un razonamiento alegre ni atrevido.

El espectador es aquel que va a la plaza a emocionarse, a pasarlo bien, que por regla general no entiende mucho de toros, pero que eso sí, se emociona cuando un toro muestra bravura y un diestro es capaz de encauzarla. El espectador no va por un determinado cartel, va a pasar un rato diferente, pero al comprar su entrada da sustento al espectáculo. Pues esto es de economía y aunque en el toro dos más dos no son siempre cuatro, las empresas si deben ver al final sus registros en azul y no en el deficitario rojo.

En su época álgida Jesulín de Ubrique prendió la polémica cuando dijo “los aficionados caben todos en un autobús” y aunque la frase del dicharachero espada causó no pocos disgustos, matizándola lleva algo de razón.

Evidentemente, los verdaderos aficionados siempre son minoría, aunque no como para caber en un autobús, pero sin el complemento de aquellos que van a la plaza solo por ver algo diferente, la fiesta no podría mantenerse. Es un razonamiento tan simple como lapidario, que encierra muchas lecturas.

Por todo esto, el futuro del toreo pasa por llegar a la gran masa, a los jóvenes, a aquellos que nunca han ido y sobre todo a la generación de relevo, esa que en futuros años debe mantener este rito ancestral, mágico y único.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Artículos anteriores