5/5/17

Palomo Linares: El adiós a un gran torero

Sebastián Palomo Linares durante una de sus actuaciones en Maracaibo (Venezuela) en 1967. Foto de Henrique Lander Avendaño, obsequiada a Rafael Dupouy Gómez, gran admirador del torero. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

por: Rafael Dupouy Gómez

Con profundo dolor, recibí la triste noticia del fallecimiento del entrañable maestro Sebastián Palomo Linares, quien representó y marcó una época inolvidable en el maravilloso mundo del toro a nivel mundial. Murió el pasado 24 de abril de 2017. Lamentablemente, no pudo superar una complicada operación de corazón a la que se sometió con el coraje que siempre le caracterizó; sufriendo repentinamente, un derrame cerebral que acabó con su vida. Bastante triste resultó su partida, porque se le pudo ver en su última entrevista, cuando se presentó en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, amable, sonriente, tranquilo y esperanzado de poder superar la intervención con éxito. Había expresado que uno nunca se acostumbraba a las hospitalizaciones médicas. Tras su divorcio con Marina Danko, señaló que probablemente se volvería a casar con su actual pareja y que dejaba su obra pictórica expuesta para el disfrute del público. Estaba próximo a cumplir 70 años de edad.
Fue un diestro muy querido y admirado en mi país, Venezuela, en donde cosechó importantes triunfos, destacándose como un torero extremadamente valiente, pundonoroso y dominador. Inolvidables sus temerarios pases rodilla en tierra y largos muletazos que hacían vibrar al público de emoción.

Palomo Linares, significó durante mi infancia un referente importante, porque acrecentó mi afición taurina. Muchas veces le pude ver en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), siendo un matador de toros que siempre ofreció lo mejor de él y que nunca se dejaba ganar la pelea por nadie en el ruedo. Calificado como un torero de raza por su arrojo y actitud desafiante.

Sebastián Palomo Martínez, vino al mundo en Linares (Jaén), el 27 de abril de 1947. Proveniente de una familia muy humilde. Hijo de un minero que trabajó duramente para sacar a su familia adelante. Pequeño, frágil, delgado y con eterna cara de niño, Palomo trabajó como zapatero remendón, aprendiendo el oficio con dedicación por un tiempo, pero lo abandonó porque lo que realmente llevaba muy dentro de su alma era convertirse en torero. Se inició como maletilla, soñando con la gloria y la fama de aquellos toreros de los que escuchó hablar en su tierra Linares, ese mismo pueblo que presenció la muerte del gran “Monstruo” de Córdoba, el inolvidable Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, cinco meses después del nacimiento de Palomo, aquella fatídica tarde. Por su aspecto físico menudo y desaliñado le apodaron el “Rata”.




Sebastián con 16 años comenzó a interesarse en los en los tentaderos cercanos a su pueblo y tal fue su ímpetu e ilusión que viajó a Madrid para presentarse en un concurso denominado “La Oportunidad” que la casa Dominguín y los hermanos Lozano organizaron en 1964, buscando nuevos talentos, seleccionando y dando oportunidad a los mejores maletillas en la plaza de Vista Alegre en Madrid. No desaprovechó Palomo la ocasión brindada, debutando ante erales en una nocturna televisada, el 20 de junio, destacándose como el mejor de "La Oportunidad". De inmediato le llovieron ofertas, siendo apoderado por los más representativos empresarios taurinos de Toledo.

Debutó con picadores en Ondara (Alicante) el 3 de enero de 1965, lidiando utreros de Núñez Guerra con “El Inclusero” y Vicente Punzón. Palomo Linares se convirtió en la atracción del momento, conquistando triunfos y recorriendo toda la geografía española, finalizando sus actuaciones en su ciudad natal (Linares), estoqueando en solitario siete novillos. Esa tarde cortó once orejas y cuatro rabos.

Después de torear 72 novilladas en 1965 con un éxito rotundo, Palomo Linares tomó la alternativa el 19 de mayo de 1966, en Valladolid, de manos de Jaime Ostos, lidiando al toro de nombre “Feíllo”, de la ganadería de Galache, actuando “Mondeño” como testigo. Su toreó llamó poderosamente la atención por su entrega y temeraria exposición. Generalmente, Palomo Linares sobresalió del montón, porque realizó sus faenas transmitiendo profunda emoción, despatarrándose y retorciendo su figura con cierta fuerza que le hicieron perder un poco de naturalidad en la ejecución de sus pases, pero la estética pasaba a un segundo plano cuando Palomo Linares demostraba su auténtica raza como un guerrero ante la cara del toro. Palomo, recibió graves percances por su espectacularidad y duro batallar tratando de abrirse un lugar en el difícil y competitivo mundo del toro.

Todavía no se había presentado ni en Sevilla ni en Madrid. Sus apoderados aún no consideraron conveniente el compromiso en esas dos plazas de toros de primera categoría, tan exigentes que dan y quitan, encumbran y aplastan. Palomo toreó 49 corridas el primer año de su doctorado en 1966.


Cartel del debut de Sebastián Palomo Linares en América, siendo el “Nuevo Circo” de Caracas (Venezuela) la plaza de toros que le correspondió ese honor, el 13 de noviembre de 1966. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).



El 13 de noviembre de 1966 se anunció el debut en América de Palomo Linares en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), lidiando reses mexicanas de Mimiahuapan, compartiendo cartel con el venezolano César Faraco y el azteca Manolo Martínez, quien también debutó en dicha plaza.

En el año 1966 en Maracaibo (Venezuela), se celebró la primera Feria de la Chinita. En la segunda corrida de la Feria, Palomo Linares cortó 2 orejas, siendo premiado por la mejor faena realizada en la antigua plaza portátil “La Trinidad”, siéndole otorgada una placa de la Municipalidad. Igualmente, fue el primer matador de toros que recibió el “Rosario de Oro”. Había alternado esa tarde con Efraín Girón y Enrique Trujillo.





La gran fama y popularidad de Palomo Linares le llevó a ser portada, en varias ocasiones, de la revista “Venezuela Taurina”, dirigida por don Antonio Aragón.(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).



En España, Palomo Linares aprovechó la efectiva campaña publicitaria que lo promocionaba para realizar un film sobre su vida de maletilla a novillero triunfador. Su participación en el cine español en la película “Nuevo en esta plaza” en 1967, impulsó significativamente su carrera y popularidad. Yo conservo esa película taurina en mis archivos. Me gustó haberla disfrutado de niño cuando la proyectaron en mi país, Venezuela, y posteriormente, la pude volver a disfrutar de adulto por TVE. Inolvidable la actuación de Palomo Linares, muy joven, con su cara de niño, derrochando sencillez, humildad y natural simpatía. Luego volvió a protagonizar otras películas como “Solos los dos” en 1968 con una adolescente Marisol, “Una señora estupenda” con la inmortal faraona Lola Flores y “La Carmen” en 1976. Recordaba Palomo Linares que hasta el célebre director de cine Francis Ford Coppola de “El Padrino”, le propuso filmar una película sobre el mundo del toreo pero él rechazó la idea por el tiempo tan largo que le mantendría inactivo realizando la filmación. El maestro de Linares quería continuar toreando.


Sebastián Palomo Linares en 1967, toreando en Maracaibo (Venezuela). Foto de Henrique Lander Avendaño, obsequiada a Rafael Dupouy Gómez. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
En 1967, disminuyeron sus actuaciones a 39 corridas, debido a serias cornadas sufridas ese año como la que le propinó, el 9 de abril, un toro de la ganadería de “Palha” en Castellón y a una fractura de húmero, en Barcelona.

En la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Palomo Linares actuó en 20 tardes como matador de toros cortando un total de 8 orejas. Con el torero que más alternó en esa plaza fue con el maestro Curro Romero, en 9 corridas. Debutó el 21 de abril de 1968, junto a “Mondeño” y José Fuentes. Los diestros actuantes no pudieron cortar orejas.

En su segunda actuación en la Maestranza de Sevilla, el 25 de abril de 1968, Palomo Linares cortó su primera oreja en ese coso, saliendo triunfador junto a Diego Puerta que cortó también un apéndice y Curro Romero, ante toros de la ganadería de Benítez Cubero.
En Madrid, Palomo Linares quiso estoquear una corrida de Galache, pero correspondió finalmente lidiarla a Manuel Benítez “El Cordobés”. Ese desacuerdo no afectó para nada la estrecha alianza de Palomo con “El Cordobés” en 1969, conocida en la historia del toreo como “La Guerrilla”. Con una efectiva campaña publicitaria ambos diestros retaron y provocaron a las grandes empresas, presentándose en una temporada alternativa en plazas y con toros de menor categoría para acabar con el monopolio.

En 1968 Sebastián Palomo Linares, logró aumentar significativamente la cifra en 76 corridas de toros, que seguramente hubieran llegado al centenar de festejos de no haberse cortado la mano con el estoque, el 8 de agosto en Málaga, inoportuno percance cuya total recuperación le hizo estar ausente de los ruedos por un largo período de tiempo.

El 27 de octubre de 1968, Palomo Linares, debutó en Lima (Perú) en la Feria del Señor de los Milagros. Lidió toros de “La Viña”, dando la vuelta al ruedo en su primero y cortando las dos orejas a su segundo enemigo. Compartió cartel con el venezolano Curro Girón, quien cortó una oreja y Miguel Márquez, quien debutó también cortando dos orejas y rabo a su segundo toro.


“Los guerrilleros” Manuel Benítez “El Cordobés” y Sebastián Palomo Linares.

El 10 de noviembre de 1968, Palomo Linares sufrió una grave cornada en su primer toro, de la ganadería mexicana de “Reyes Huerta”, en la plaza de toros Monumental de Valencia (Venezuela). Alternó esa tarde con Curro Girón, quien cortó 3 orejas y Paco Camino.

En 1969, alcanzó la cifra de 65 corridas de toros. El 17 de abril de 1970, Palomo Linares en la Maestranza de Sevilla consiguió un gran triunfo al cortar dos orejas a un ejemplar de la ganadería de Benítez Cubero en compañía de los diestros Victoriano Valencia y Diego Puerta, que cortó una oreja. El 19 de abril de 1970, se lidiaron toros de la terrífica ganadería de Miura en la Maestranza, resultando una corrida apoteósica, porque los tres toreros salieron a hombros de la plaza, Los diestros eran Pepe Limeño, que cortó cuatro orejas, Palomo Linares que cortó dos orejas (una a cada ejemplar) y “El Hencho” que también cortó dos orejas (una a cada ejemplar). Los seis toros de Miura fueron desorejados por los toreros actuantes.




Palomo Linares confirmó por fin la alternativa en Madrid, el 19 de mayo de 1970, compartiendo cartel con Curro Romero y Juan José. Se estoquearon cuatro toros de Antonio Pérez Angoso y dos de Antonio Pérez de San Fernando. “Presumido” se llamó el toro de su confirmación. El 22 de mayo de 1970, cortó su primera oreja en Las Ventas de Madrid a un toro de Baltasar Ibán, alternando con Santiago Martín “El Viti” y el mexicano Manolo Martínez. El 26 de mayo de 1970 Palomo le cortó las dos orejas a un toro de Juan Pedro Domecq en la Monumental de Las Ventas de Madrid, saliendo a hombros por la Puerta Grande. Compartió cartel con Diego Puerta y Francisco Rivera “Paquirri”. En 1970 intervino en 80 corridas de toros.

En Lima (Perú), el 18 de octubre de 1970, Palomo Linares cortó dos orejas a su segundo enemigo. El 25 de octubre de ese mismo año, nuevamente, volvió a cortar dos orejas a un toro sobrero; y el 8 de noviembre, cortó dos orejas y un rabo durante la Feria del Señor de los Milagros.


En 1971, toreó 79 corridas, destacando en Vista Alegre, el 22 de mayo de ese año, al protagonizar un significativo episodio luego de haber sido suspendida por un fuerte aguacero la lidia del noveno toro, Palomo Linares, seis días después, volvió a anunciarse lidiando doce toros de distintas ganaderías, en dos tandas de tarde y noche. Palomo cortó doce orejas y tres rabos en total, siendo aclamado por su público.

El 10 de junio de 1971, en corrida a beneficio de la Cruz Roja, en la Maestranza de Sevilla ante reses de Benítez Cubero, Palomo Linares cortó una oreja. Alternó con Curro Romero que fue el máximo triunfador al cortar 2 orejas a un toro y el otro alternante fue José Luis Parada.

El 30 de enero de 1972, Palomo Linares cortó un rabo en la plaza Monumental de México, al toro “Tenorio” de la ganadería de Pepe Garfias. Esa misma tarde, el diestro mexicano Manolo Martínez había cortado también las dos orejas y rabo al toro “Gladiador”, de la misma ganadería.

El 20 de abril de 1972, en la Maestranza de Sevilla, ante reses de Benítez Cubero, Palomo Linares y Curro Romero fueron los triunfadores de la tarde al cortar cada uno, una oreja. El tercer alternante fue el mexicano Curro Rivera.
El 18 de mayo de 1972, Palomo Linares le confirmó la alternativa en la Monumental de Las Ventas de Madrid a José Mari Manzanares en compañía del diestro mexicano Eloy Cavazos.



Palomo Linares con el rabo de “Cigarrón” haciendo historia en Las Ventas de Madrid.
La consolidación de su nombre en la historia del toreo la logró al conquistar el rabo del toro “Cigarrón”, de Atanasio Fernández, el 22 de mayo de 1972, en la Monumental de Las Ventas de Madrid.

Palomo Linares compartió cartel aquella tarde de gloria con Andrés Vázquez, quien cortó una oreja y el diestro mexicano Curro Rivera, quien cortó cuatro orejas. Palomo Linares cortó las dos orejas de su primero y las dos orejas y el rabo al bravo quinto que le correspondió en suerte, convirtiéndose en el máximo triunfador de la Feria de San Isidro de Madrid en 1972.

Solamente diez matadores de toros han cortado un rabo en la plaza de Las Ventas de Madrid. El último diestro en lograrlo había sido Pepe Bienvenida, el 24 de mayo de 1939, en la “Corrida de la Victoria”. En esa corrida también cortaron rabos, Vicente Barrera y Domingo Ortega y actuaron también esa tarde Marcial Lalanda, Pepe Amorós, “El Estudiante” y el rejoneador don Antonio Cañero.

Desde esa fecha, no se cortó un rabo en Las Ventas hasta que Palomo lo conquistó en 1972. Habían pasado 33 años. Esta gran faena realizada por Palomo Linares está considerada, como una de las mejores del siglo XX.


PALOMO LINARES INAUGURÓ MONUMENTAL DE MARACAIBO (VENEZUELA)



En la foto, los integrantes del cartel inaugural de la Plaza de Toros Monumental de Maracaibo, Venezuela: El diestro español Sebastián Palomo Linares, el venezolano Carlos Martínez Gómez (nieto del General Juan Vicente Gómez) y el mexicano Eloy Cavazos. (Foto: Moreno. Archivo Hnos. Dupouy Gómez).

Sebastián Palomo Linares, vistiendo un traje de luces salmón y plata, inauguró la nueva Plaza de Toros Monumental de Maracaibo, Estado Zulia (Venezuela), el 18 de noviembre de 1972, compartiendo cartel con el mexicano Eloy Cavazos y Carlos Martínez Gómez, el “Príncipe del Toreo” de Venezuela, nieto del Presidente de la República, Benemérito General Juan Vicente Gómez, gran impulsor de la fiesta brava en el país durante su gobierno.

Se lidiaron toros de la ganadería mexicana de “Valparaíso” de don Valentín Rivero con divisa verde, blanca y celeste. Los astados estuvieron bien presentados en líneas generales, correspondiendo el primer toro lidiado en dicha plaza a Palomo Linares. “Andaluz”, llevó por nombre, Nº 100, con 460 kilos de peso, negro, bien armado y cómodo de cabeza. El primer brindis lo dedicó Sebastián Palomo Linares al público venezolano; sin embargo, poco pudo lucirse en su faena de muleta, porque su enemigo fue flojo y tardo en la embestida. Ante su segundo, Palomo estuvo muy bien, siendo ovacionado durante la lidia.

En Maracaibo (Venezuela), toreó Palomo Linares un total de 11 corridas de toros, cortó 10 orejas y 1 rabo. Debutó en la plaza de toros Monumental de San Cristóbal (Venezuela), en 1967. Toreó 13 corridas y cortó 8 orejas.

Ese año de 1972 cerró su temporada Palomo Linares toreando 45 festejos. Varias cornadas y fracturas interrumpieron el gran impulso que le significó su rotundo triunfo en Las Ventas de Madrid. Pero continuó siendo un diestro puntero y de interés en los carteles en las siguientes campañas de 1973, 1974 y 1975. En América, en el coso de la Santamaría de Bogotá (Colombia), en 1973, Palomo Linares tuvo una gran tarde al cortar 3 orejas en la corrida que triunfó fenomenalmente, Pedro Moya “El Niño de la Capea” ante toros de la ganadería de “Las Mercedes”. El otro alternante fue Pedro Domingo, que cortó 1 oreja. Palomo Linares participó en la corrida de la celebración del cincuentenario de la inauguración de la plaza, alternando junto a Pepe Cáceres y José María Manzanares, quien cortó la única oreja.

El 18 de noviembre de 1974, en la plaza de toros Monumental de Maracaibo (Venezuela), se celebró un mano a mano entre Palomo Linares y el diestro venezolano Celestino Correa ante reses de la ganadería mexicana de Javier Garfias. Palomo cortó 3 orejas y 1 rabo (el primero que se cortó en dicho coso). El venezolano Celestino Correa cortó 4 orejas.
Palomo Linares se convirtió en el triunfador de la Feria del Sol de Mérida (Venezuela) en 1975. El 28 de abril de 1976, Palomo cortó una oreja en la Maestranza de Sevilla, siendo el triunfador de la tarde, ante reses de la ganadería de Manolo González. Alternó con Curro Romero y Pedro Moya “El Niño de la Capea”.

En 1976, Palomo Linares obtuvo el premio “Escapulario de Oro del Señor de los Milagros” en Lima (Perú).

El 26 de abril de 1977, Sebastián Palomo Linares, se casó un día antes de su cumpleaños con la bella modelo colombiana Marina Danko en la Iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid. Tuvieron tres hijos de esa unión: Sebastián, Miguel y Andrés Palomo Danko.
Durante la Feria del Pilar de Zaragoza en 1977, recibió una gravísima cornada que le interesó el pulmón.

El 23 de junio de 1979, Palomo Linares toreó la corrida de la Beneficencia en Madrid compartiendo cartel con José Luis Galloso y Julio Robles ante astados de don Ramón Sánchez Recio. Asistió S.M. el Rey don Juan Carlos de Borbón. Palomo y Galloso fueron ovacionados ante sus primeros toros.

Los siguientes años, Palomo pasó a un segundo plano en las estadísticas y sus contrataciones disminuyeron en el orden de los cuarenta festejos. Tomo la decisión de retirarse en la temporada americana de 1981-1982.


En Colombia sumó muchos éxitos. Su fenomenal actuación en Cali, le hicieron triunfador de dicha Feria en 1982. El 7 de febrero de 1982, participó en Medellín y el 18 de diciembre de ese año, nuevamente en Cali, actuó en la conmemoración del 25 aniversario de la plaza de toros.

En la plaza de toros de Acho, en Lima (Perú), reapareció el 30 de octubre de 1983. El 6 de mayo de 1984, en la Maestranza de Sevilla, se lidiaron cinco toros de Miura y un astado de la ganadería de Palomo Linares que sorpresivamente saltó al callejón e hirió al doctor Ramón Vila Jiménez, médico de la plaza, teniendo que ser atendido por sus compañeros en la enfermería.

En 1985, se presentó sin fortuna durante la Feria de San Isidro en Madrid. Sumó ese año pocas actuaciones, unas cinco, tomando la determinación suspender su trayectoria, el 7 de junio en la Feria de Granada.

Participó en numerosos festivales taurinos y reapareció en Linares el 19 de junio de 1993. Estoqueó seis toros en solitario. Esa tarde, lució por primera vez en su carrera un traje de luces bordado en oro. En 1994, toreó dos corridas con Eloy Cavazos en México. Palomo Linares volvió a participar en la Feria de San Isidro de Madrid, sin fortuna, para darle la alternativa a “El Madrileño”. Siendo su última tarde en la Monumental de Las Ventas, el coso que le encumbró haciendo historia en 1972. En Madrid, Sebastián Palomo Linares toreó 27 corridas de toros, cortó 15 orejas y 1 rabo con 2 salidas por la Puerta Grande, según las estadísticas.

Ya retirado definitivamente de los ruedo, Sebastián Palomo Linares se dedicó completamente a su ganadería. Le apasionó siempre la pintura, realizando exposiciones de sus obras abstractas llenas de colorido por España y América. Practicó, en sus ratos libres, el Golf. Involucrado en el mundo del toro, se dedicó a enseñar y apoyar a novilleros, en especial a su hijo Miguel. Disfrutó entrañables momentos con familiares y amigos en su hermosa finca “El Palomar”, en Seseña.





Tuve la fortuna de poder compartir gratos recuerdos con Sebastián Palomo Linares en Madrid (España) durante la presentación del documental histórico taurino “Los Bienvenida en Venezuela. Huella Indeleble en el corazón de una Dinastía”, realizado por nosotros, los hermanos Dupouy Gómez, celebrando el “I Encuentro Iberoamericano del “Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida”. Tuvimos el honor de proyectar el documental en la sala “Antonio Bienvenida” de la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, el 11 de mayo de 2011, siendo presenciado por importantes personalidades del mundo del toro como: Don José María Álvarez del Manzano, don Fernando Claramunt, don Juan Lamarca, don Miguel Bienvenida, el matador de toros Sebastián Palomo Linares, don Fernando del Arco, don Javier Hurtado y don Luis Álvarez, entre otros.

Ese día el maestro Sebastián Palomo Linares pronunció unas breves palabras de afecto a todos los presentes: “Quiero agradecer la invitación que me hace el Círculo Bienvenida para pasar un rato con una gente que quiero mucho, no solamente venezolana, sino de toda Hispanoamérica. En mi vida he estado muy vinculado a toda América, porque he sido uno de los toreros con más años y corridas, que me acogieron como uno de ellos. Entonces, quiero agradecer el estar aquí junto a ustedes en este Primer Encuentro Iberoamericano del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida”. Sebastián Palomo Linares.




El maestro Palomo Linares observando con atención nuestro documental sobre la Dinastía Bienvenida al lado de don José María Álvarez del Manzano y otras personalidades. Foto de Ricardo Relvas. A la derecha: Palomo Linares con Rafael Dupouy Gómez.


El maestro compartiendo con Rafael Dupouy Gómez y su madre Rosa Elena Gómez Arráiz en Madrid (España). Foto de Muriel Feiner. 11 de mayo de 2011. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Palomo se mostró muy cariñoso y simpático con nosotros. Le recordé que fue uno de mis ídolos taurinos desde niño. El maestro se sonrió estrechándome la mano amablemente. Hablamos de la entrañable amistad que tuvo con el cronista taurino venezolano, el Dr. Pepe Cabello y con el eminente escritor e intelectual, el Dr. Arturo Uslar Pietri y su hijo Federico. Palomo le regaló al Dr. Uslar Pietri un capote como muestra de su afecto y reconocimiento por su afición taurina. El escritor lo exhibía en un destacado rincón de su hogar.

El destacado cronista taurino Dr. Pepe Cabello, quien compartió y vivió muy de cerca la evolución y ascenso de la carrera profesional de su amigo Palomo Linares, le dedicó un capítulo especial de sus vivencias y anécdotas taurinas en su interesante e importante obra “Toreros Fuera del Ruedo”, publicada en 1972 en Caracas, Venezuela.

La Fiesta Brava se encuentra de luto por su sorpresivo fallecimiento, porque sin duda alguna, marcó una época irrepetible del toreo por su genio, carácter, raza y señorío. La Venezuela taurina que tanto le admiró y le vio debutar en esta tierra llora su partida. ¡Descanse en paz Maestro!

Rafael Dupouy Gómez



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