por: Eduardo Soto
Este sábadoo 15/04 se celebró el Día Mundial del Arte, instituido para promover conciencia de la actividad creativa en todo el orbe. No soy experto en arte, pero sobre el único que me atrevo a escribir algo, amparado en mi condición de aficionado, es sobre el Arte de la Tauromaquia.
Si nos remontamos en la noche de los tiempos, hubo un momento cuando el hombre ya no pudo resistir el impulso de perpetuar sus emociones y vivencias, entonces afloraron las primeras expresiones artísticas en la historia de la humanidad.
Así encontramos, en lo que hoy día es Francia, una pintura rupestre en que aparece un hombre y un uro, antepasado del toro, el cual le proporcionaba sustento y abrigo. Para cazarlo, el hombre debía utilizar la inteligencia y esquivar sus embestidas, esa necesidad dio origen a la primigenia tauromaquia, hace más de 20.000 años y, desde entonces, ha servido de fuente de inspiración para artistas e intelectuales.
En la travesía del hombre sobre la tierra, su interacción con el toro bravo fue evolucionando lentamente. Al inicio, revestía un carácter utilitario y mitológico, luego se va transformando en pública demostración del arrojo del hombre frente a la fiera y, ahora, se va adentrando en un ciclo en que, además del valor, se exige un creciente sentido estético. Ciertamente, esta transición del utilitarismo a la belleza, va a garantizar permanencia a la Tauromaquia, pues el arte tiene vocación de eternidad.
Sea propicia esta ocasión, para felicitar a todos los taurinos y recordarles que nunca podemos perder de vista esa característica esencial del toreo, pues de lo contrario, estaremos encarrilando nuestra Fiesta Brava, hacia su ciclo de caducidad.
Excelente artículo Eduardo. Gracias por reseña histórica y milenaria del arte de la tauromaquia. Felicitaciones.
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