13/2/13

Mérida: El Pino y Alexander Guillén cierran la feria con una oreja

El Pino cortó oreja en la sexta de feria del Sol 2013. Foto: Marly Salazar

Oreja para Alexander Guillén. Foto: Marly Salazar


Por: Víctor Ramírez “Vitico”

Marcos Peña “El Pino” y Alexander Guillén cerraron la feria del Sol paseando sendas orejas en una corrida, que contó con toros de cinco ganaderías, tres colombianas y dos nacionales, resultando lesionado José Miguel Parra.

El Pino enfrentó en primer lugar un toro terciado y cornicorto de Ernesto Gutiérrez al que toreó de forma soberbia en las dos primeras series con la mano derecha, enganchando por delante, componiendo la figura con clase y bajando la mano con ese gusto tan bueno que tiene el tachirense cuando se acopla. Pero a partir de esas dos tandas el toro comenzó a pararse y el trasteo fue a menos. Voluntarioso y honesto, el torero lo intentó todo, se adornó con torería pero no pasó a mayores, fallando con el descabello. Al quinto, un toro bravo de El Prado, El Pino le toreó con voluntad, logrando muletazos de buen trazo sobre todo por el pitón derecho, ante un toro que no fue fácil, como todos los bravos. La voluntad y los deseos del matador se vieron recompensados con una oreja. Por la lesión de Parra le tocó estoquear un serio astado de Juan Bernardo Caicedo, con el que estuvo dispuesto, valiente y justificándose. Logró algunas tandas con pases de buen trazo, tras abrir con dos péndulos, mostrándose animoso siempre. La lluvia y la espada se llevaron un mayor reconocimiento.

Alexander Guillén pechó con un primer toro de San Sebastián de las Palmas, serio, con edad y manso. Peligroso, con mal estilo, quedándose corto y achuchando, fue un regalito con el que Guillén se mostró sobrio y entendido. Se dobló poderoso el torero y lo intentó todo por ambos pitones. Con el áspero y complicado sexto, Guillén volvió a estar valiente, sincero y serio, logrando a base de consentir mucho a un mansurrón, muletazos largos, algunos muy buenos, dentro de una faena tesonera y llena de deseos. Media exacta y de efecto rápido puso en sus manos una valiosa oreja.

El gran damnificado del sorteo fue el español Iker Cobo que pechó con dos toros infumables, ante los cuales se estrellaron sus deseos de agradar. Con una limpia larga cambiada a portagayola recibió a su primero, lanceando a la verónica con voluntad. Aquí se acabó el carbón, pues el toro iba al cuerpo del diestro, que lo intentó con honradez, pero que no vio frutos. Literamente hurtar un pase era misión imposible. Con el séptimo volvió a irse a portagayola pero el toro salió andando y el torero no pudo dar la larga. Tras brindar a Alejandro Talavante, Cobo vio con una total frustración que se iba de la feria sin poder dar un solo pase. Así como suena, pues el toro se paró en seco.

Valiente, honrado y con unas enormes ganas de comerse el mundo apareció José Miguel Parra que saludó con una ajustada larga cambiada a portagayola al cuarto, al que toreó con el capote con vibración. Tras un muy ceñido péndulo, una banderilla golpeó fuertemente al diestro en un ojo, lo cual le mermó mucho, pero volvió a la cara del astado para cuajar emocionantes muletazos, unos mejores que otros pero llenos de amor propio, de ambición y de una ilimitada entrega. Falló con el acero pero saludó una merecida ovación, debiendo pasar a la enfermería de donde ya no le dejaron salir. Merece mayor crédito.

Ficha de la corrida

Plaza de toros de Mérida

Martes 12 de febrero.

Sexta y última corrida de feria.

Poco más de un cuarto de entrada en tarde fría.

Un toro de Ernesto Gutiérrez (primero), uno de San Sebastián de las Palmas (segundo), tres de El Trébol (tercero, cuarto y sexto) uno de El Prado (quinto) y dos de Juan Bernardo Caicedo (séptimo y octavo). Desiguales de presentación. Noblote el primero, orientado el segundo, áspero y orientado el tercero, encastado el cuarto, bravo el quinto, noble el sexto, parado, soso y descastado el séptimo, complicado y encastado el octavo.

Pesos: 430, 425, 425, 440, 425, 430, 506 y 445 kilos.

Marcos Peña “El Pino”, de turquesa y oro: Silencio, oreja y silencio.

Alexander Guillén, de grana y azabache: Silencio y oreja.

Iker Cobo, de burdeos y azabache: Silencio y silencio.

José Miguel Parra, de fucsia y oro: Saludos en el único que mató.

José Miguel Parra sufrió un fuerte palotazo de una banderilla que le produjo “trauma periorbitario y posible fractura del puente nasal” que ameritó su traslado al Centro Clínico para que le realizaran una tomografía.

Destacaron en banderillas Fabián Ramírez, Enzo Antequera y Diego Guillén

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