24/4/22

Ilusión taurina imposible de fracturar

Fortalecemos la Fiesta Brava dándoles a ellos, el mayor de los apoyos - Fotos CR
 

por: Giovanni Cegarra –Mérida


Todo niño, niña, adolescente, que tenga la convicción de convertirse en todo un profesional, indistintamente, de la carrera que tenga a bien escoger, merece que sea respetada esa ilusión; de lógica, no puede ser imposibilitada para nada, ni por nadie, que inconscientemente violando su derecho natural ciudadano, pretenda impedírselo porque no sea seguidor de ella.

Es así de sencillo, y se refrenda tal postulado, a propósito de la reactivación tras dos años de pandemia, cumpliendo la normativa de bioseguridad por lo del coronavirus, de la Escuela Taurina “Humberto Alvarez” de Mérida, cuya sede en la Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”  está bien asentada sobre los fuertes cimientos que sembró su extinto fundador, en cuyo homenaje póstumo lleva su nombre.

Impresiona, da gusto ver y compartir, la afición y pasión que un grupo de niños, varones y hembras, reflejan cuando llegan al Patio de Cuadrillas “César Faraco” de la Monumental de Mérida; están ansiosos de tomar los trastos y entregarse ilusionados a las enseñanzas de sus instructores, los Maestros Mauro Pereira y Enrique “Kike” Torres; ellos, con una sobrada paciencia,  les transmiten sus conocimientos, les indican cómo tomar en sus pequeñas manos, el capote, la muleta, cómo recibir al becerro, novillo, toro, ejecutar los pases, etc.

Observarlos ávidos de aprender rápido, escuchar sus comentarios sobre la Fiesta Brava, sentir esa vibra torera que llevan desde pequeños por dentro, entusiasma y nos impulsa a continuar firmemente, defendiendo a toda costa, como siempre lo hemos hecho, esta afición y pasión. Como cualquier otra, debe ser respetada por quienes, inconsultos, pretenden fracturarla con argumentos que no tienen razón de ser y en sus efectos, jamás permitiremos que unos ilusos de pacotilla y algunos encopetados dentro de la Fiesta, más enemigos de ella que de los de afuera, pretendan intentar paralizar nuestra Escuela Taurina “Humberto Alvarez” de Mérida, la “Rafael Orellana” de Tovar y mucho menos, la “César Faraco” de San Cristóbal, Estado Táchira.

Reza dicho coloquial “con los coroticos del pesebre no se metan”, la ilusión de los niños, niñas, adolescentes andinos merideños tachirenses, de convertirse algún día en profesionales del toro, es una ilusión taurina imposible de fracturar; y más, cuando tienen firmemente, el apoyo de sus padres y representantes, que confiados los dejan en manos de sus Instructores Taurinos, a sabiendas que están respetando el derecho natural ciudadano infantil, de ser lo que más desean y olé.

 

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