5/8/21

Venezuela: Defender el toreo, es tarea de todos

Curro Ramírez: Infatigable Luchador.

** El Rubi superó el covid-19

** La naturalidad: El máximo don del toreo 

por: Víctor Ramírez “Vitico” 


El Rubi: Supera al covid y reaparece triunfando

Manuel Medina "El Rubi" es un luchador nato, un torero que siempre ha lidiado las adversidades con valor y entereza, la ultima de ellas fue el virus del Covid 19. No escapó el diestro a la voltereta de este mal, del cual se recuperó afortunadamente, tras estar varios días en reposo y tratamiento. 

Con la ilusión puesta en el festival de Valencia y consciente de la importancia de este compromiso, "El Rubi" comenzó a entrenar en cuanto recuperó las fuerzas, todo con la idea de torear y triunfar, como así lo hizo con el novillo de Los Aranguez al que cortó dos orejas, trofeos que adquieren un mayor valor al conocer la parte humana del triunfo, el éxito de la voluntad, ejemplo de constancia y afición. Ahora se prepara para su próximo compromiso, la corrida en El Placer, otro importante festejo para la activación de la tauromaquia en Venezuela. "El Rubi" sigue dando la pelea con raza y entrega, como ha sido desde el primer día.

Curro Ramírez: El infatigable luchador

Curro Ramírez es un infatigable luchador, un torero que no se rinde cuando el horizonte se pone oscuro. Este ha sido un año muy productivo para el torero tovareño, que ha estado muy activo en el campo bravo español. Hace pocos días estuvo en la finca "Ambiciones" de Jesús Janeiro "Jesulín de Ubrique"  en compañía de Víctor Janeiro e Imanol Sánchez. Jornada muy fructífera para el matador venezolano, compartiendo con una figura de la talla de Jesulín de Ubrique. 

Curro toreó ese día dos toros, uno de los cuales quedó aprobado para semental. El lunes 26 de julio se trasladó a la ganadería de Arriazu, donde lidió varias vacas en compañía de los matadores de toros Luis Antonio Gaspar "Paulita" e Imanol Sánchez. Curro Ramírez continua luchando por su sueño, con entrega, afición y determinación. 


La naturalidad: El máximo don del toreo 

La temporada europea está dando mucho que hablar, para bien y para mal como toda la vida ha sido, sin embargo, en este año 2021 muchos toreros están en la cresta de la ola, por muchas razones, una de ellas la que da el titular a estas líneas, un caro don, una extraña virtud que pocos tienen, que les da estatus de irrepetibles, y de paso los pone en el boca a boca de los aficionados, algo que solo unos privilegiados pueden presumir. 

La naturalidad, hacer ver fácil al toreo, tener suavidad en las yemas de los dedos para que capotes y muletas vuelen lacios, con aparente fragilidad ante las embestidas, trocar la violencia de los toros en cadencia, en pocas palabras hacer y decir el toreo. De toda la vida ha habido toreros que han toreado bien, otros muy bien y algunos han sido capaces de con un solo lance o un muletazo dejar a la gente llena de toreo, dejando huella incluso por encima de los espadas arrolladores que cortan cerros de orejas y rabos. Morante de la Puebla es sin duda el diestro que está llevando el peso de la temporada (hace años hubiese sido una utopía) porque encarna a la perfección el toreo de Gallito y Belmonte con la técnica moderna, pero no sólo es el genio de La Puebla del Río el que ha emocionado a la afición, Diego Urdiales representa la torería, la naturalidad y ese “no se qué” que tiene embelesado al mismísimo Curro Romero, uno de los primeros que apostó por el torero de Arnedo. 

Pablo Aguado y Juan Ortega sin duda han bebido de las fuentes de los toreros de arte, ambos tienen un misterio que decir y son capaces de ralentizar el toreo incluso toreando con el capote a los toros levantados, recién salidos de los chiqueros, imprimiendo una cadencia y un gusto inigualables, toreando tan despacio que incluso viendo las imágenes parecía que era a cámara lenta. 

Sólo por mencionar a estos toreros se puede apreciar que la tauromaquia ha dado un salto cualitativo en cuanto a calidad, cadencia y hondura, una fusión de lo antiguo y lo actual, que da al toreo una belleza tan frágil como eterna, tan deslumbrante como efímera, en unos tiempos donde los que están en la orilla de lo políticamente correcto te pueden tildar de “sádico”, desde luego ellos jamás entenderán que torear y ver torear es un bálsamo para el alma… 


Venezuela: Defender el toreo, es tarea de todos 

Los ecos de la triunfal tarde de Valencia continúan en el ambiente taurino nacional, se puede apreciar en las tertulias, conversaciones de los grupos taurinos (en época de pandemia sin duda los grandes referentes de la opinión entre aficionados) y en el entusiasmo general de los profesionales. El festival valenciano fue el empujón que se necesitaba para echar a andar el carro, la inyección de moral que faltaba para ahuyentar a los fantasmas e inflar la llama de la ilusión. 

Ahora bien, una vez pasada la euforia inicial es deber de todos los estamentos taurinos consolidar la lucha, no bajar la guardia y fortalecer la unión de todos los sectores, en aras de procurar al toreo venezolano larga vida. Las dificultades son muchas, pero el tesón y trabajo abren los candados más cerrados, eso si articulando las acciones de forma ordenada, presentando propuestas y estrategias coherentes para lograr avanzar. Las iniciativas como la de la Asociación Venezolana de Tauromaquia, la de los profesionales por rescatar la Maestranza de Maracay y otras más deben fortalecerse, en una lucha común en la que el interés supremo sea preservar el futuro de la fiesta. 

La Venezuela Taurina nos necesita a todos, cada uno en su parcela, pero haciendo el trabajo, promoviendo los valores de la tauromaquia y de la crianza del toro bravo. Valencia nos demostró a todos que el toreo está más vivo que nunca, pero no por ello hay que dejarlo solo. 

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