31/5/18

Colombo: Vuelta al Ruedo en Corrida de Las Naciones

Colombo y Adame lograron Vuelta al Ruedo mientras el resto de alternantes fue silenciado Foto: mundotoro

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6º) Colombo saludó al sexto con dos largas en el tercio. Toro más estrecho de sienes, largo, cornidelantero, algo zancudo. Le faltó celo en las verónicas a pies juntos del venezolano. Cumplió el animal en varas y arreó fuerte en banderillas, tercio que cubrió con exposición y facultades el matador, por mucho que el último al quiebro cayera bajo porque el toro se abrió en exceso al marcar el cambio. Sin embargo, los otros tres pares tuvieron mucha verdad en su reunión. El toro protesta cuando no viene sometido, por eso Colombo lo somete con criterio sobre el lado derecho, el mejor pitón del astado, e hilvana dos series importantes. Al rematar la última por bajo el toro le pega un tremendo pitonazo en la barbilla que lo deja conmocionado. Vuelve al ruedo sensiblemente aturdido para rematar su faena de nuevo sobre la mano diestra. Se aprieta por manoletinas y se entrega en la estocada. Hubo petición de oreja y dio la vuelta al ruedo.

5º) Fino de hechuras, suelto de carnes, ofensivo y veleto, el quinto embistió sin terminar de emplearse al capote de Luis David Adame y se dejó pegar en varas, durmiéndose en el peto. Cuando salió pareció orientarse, embistiendo al paso y desarrollando sentido. Le dio mucho celo el mexicano a principio de faena, empapándolo de trapo y deslizándolo a la altura a la que el toro embestía le robó dos series con la mano derecha de gran mérito por su largura y templanza. Sin obligarlo nunca, consiguió dar forma a la faena a pesar de la falta de raza del animal, que pronto se afligió. Se apretó de verdad por bernadinas, de angustioso embroque y se volcó a la hora de entrar a matar. Seria actuación del torero de Aguascalientes, que ratifica la excelente imagen ofrecida en su anterior comparecencia en la feria.

4º) No se empleó en el capote de Joaquín Galdós el cuarto, amplio, grande, el de más volumen y alzada, que sin embargo se empleó en el peto. Luis David Adame templó y llevó toreado al toro por navarras. El torero peruano se sacó el toro para fuera con donosura -hubo una trincherilla sublime- pero cuando quiso torear en redondo comprobó que al animal le costó mover su anatomía. Pese a su nobleza, su embestida cansina y falta de chispa impidió a Galdós empatizar con la gente pese a su buena disposición. Hubo muletazos sueltos descritos con porte y sutileza pero sin la intensidad que aporta la ligazón. Se atascó con el acero.

3º) El castaño tercero acometió abanto al capote de Juan del Álamo, sin terminar de emplearse. Muy en ‘aldeanueva’, serio, enseñando las puntas, pero bien proporcionado, se dejó pegar en el peto y arreó en banderillas, echando la cara arriba. Del Álamo brindó al público y se sacó al toro a los medios con poder, ganando terreno. Dándole metros, con la muleta siempre por delante, el salmantino consiguió conectar con el tendido en tres series con la mano derecha en las que hubo ligazón aprovechando la inercia de un toro que embistió con prontitud pero sin clase. Pero cuando cogió la zurda el animal bajó el ritmo, protestó más en corto e hizo amago de aburrirse. En el regreso a la derecha ya nada volvió a ser lo mismo.

2º) Luis Bolívar anduvo inteligente capote en mano con el segundo, cuesta arriba, ensillado, algo aleonado, de trapío nada exagerado. Andándole para atrás, dándole celo, se lo sacó a los medios con oficio y temple hasta rematar con dos poderosas medias en la boca de riego. Dirigió la lidia con brillantez durante el tercio de varas, donde el toro cumplió sin estridencias, antes de ser cogido de modo dramático en los primeros muletazos de la faena. El toro derribó al colombiano y una vez en el suelo le lanzó un derrote al pecho estremecedor, que le arrancó el corbatín de cuajo. Aparente y milagrosamente ileso, Bolívar estuvo con el toro importante de verdad. Por cómo expuso, sereno, consciente y convencido, siempre con la firme intención de torear además, sin importarle la condición de un toro complicado y reservón, que cuando embistió lo hizo siempre por dentro y sin romper para delante por derecho. La espada cayó baja y privó al caleño de un merecido reconocimiento.

1º) Largo, vareado y suelto de carnes, con menos alzada de lo que es habitual en esta vacada, el colorado primero salió abanto. No hizo buena pelea en varas y se dejó ganar la cara en banderillas, y a la muleta llegó con una embestida poco ordenada. Le faltó recorrido y sobre todo ritmo. Incluso tendió a meterse por dentro por el pitón derecho. Juan Bautista lo muleteó con sobriedad en una labor que no pudo resultar lucida.

Plaza de toros de Las Ventas.
24ª de la Feria de San Isidro.
Corrida de Las Seis Naciones.
Más de tres cuartos de plaza.

Toros de El Pilar, .

Juan Bautista, silencio
Luis Bolívar, silencio tras aviso
Juan del Álamo, silencio tras aviso
Joaquín Galdós, silencio tras dos avisos
Luis David Adame, vuelta tras petición
Jesús Enrique Colombo, vuelta tras petición

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