por: Víctor Ramírez “Vitico”
Tomás Martínez es un joven matador de toros que como tantos otros diestros venezolanos ha tenido que irse de nuestro país en la búsqueda de esas oportunidades que le permitan crecer como torero, darse a conocer entre los aficionados y seguir adquiriendo el oficio necesario para llegar a las plazas importantes y triunfar con rotundidad.
Martínez dejó como tantas veces lo ha hecho, su hogar para lanzarse a la aventura, esta vez en México, país que conoce bien y en el que ha llegado a torear de novillero incluso en la importante feria de San Marcos en Aguascalientes y en la Plaza México.
El moreno espada está metido de lleno en sus entrenamientos y en el campo bravo azteca, en esa labor que casi nadie conoce, pero que los toreros llevan a cabo en silencio, con la ilusión y afición a tope, como es este caso de un matador que siempre que le han dado la oportunidad ha demostrado un buen concepto.
El torero y el hombre se dan la mano para seguir avivando la llama de un sueño, que es muy difícil, pero como siempre hacen los que tienen agallas y valor, en vez de quedarse mirando la puerta que se cierra, tratan de abrir otra. Tomás Martínez en ese México generoso y grande sigue en su callada lucha, en aras de lograr el triunfo.
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